EPISTOLA DEL APOSTOL SAN JUDAS.
7
r r
Dominatorem et Dominum no–
strum lesum Christum negan–
tes.
5
Commonere autem vos va–
lo, scien tes semel omnia , quo–
niam lcsus populum de terra
AEgy pti salvans • , secundo eos
c:¡ui non crediderunt
perdi–
dit:
6
Angelos vera qui non
servaverunt suum principatum,
. sed dereliquerunt suum
domici~
Jium . , in iudicium magni diei
vinculis aeternis sub caligine
reservavit.
7
Sicut ' Sodoma et Go–
morrha , et finitimae CivitatesJ
simili modo exfornicatae , e\ ·
a beuntes
p~t
carnem a'il:eram,
. faétae sunt exemplum, ignis ae-
terni poenam sustinentes:
8
Similiter et hi carnero '
quidem
macula~
, dominatio-
1
Po~que
, con pretexto de libertad,
convienen en una desenfrenada licencia
de vida la
Ley
del Evangelio, que es Ley
de pureza, guia para la pcrfeccion
y
eseue·
l a de virtudes.
IL PnTRl Ir.
19.
2
Todo esto debe referirse a J esu
Chris.to.
11. PETRT
u.
1.
3
T. Gr.
i-n
ó
x..~ecM ,
el Señor,
que
:se refiere a
Jcsus:l,
como lo expresa la
V ulgata . .El qua! ,
com~
D ios
y
como
Sah·ador,
y
represenraab por
el
Angel
qut! conducia al Pueblo , salv6 a los Is–
raelitas de la tyranía de Pharaon ,
X
rtos
libró a nosotros de una mas dura
y
csclavirud por
el
precio de su sangre.
¡ .Co~
riutlt.x.
9·
Hebr.
x
1
r r.
8.
S.GERÓNYMO
contr. lovbt. L ib.
r.
entiende aquí
aJ osué,
en quanro era Ministro de Moysés ,
y
fi–
gura de Jesu Chrisro.
4
En el desierro.
s
T. ·
Gr.
'T~;. U.~x,~v
;
el
principad,o,
a
Numer.
~rv.
37·
bias en disolucion ' , y niegan
que Jesu Christo
2
es solo nues–
tro &oberano y Señor.
5
Mas quieroos traer a la me–
moria·., puesto que ya habeis sabi–
do todo esto , como Jesus
3
sal–
vando al ·pueblo de tierra de
Egy_pto , destruyó despues
4
a
aquellos que no crey<¡ron :
6 Y
que a los An'geles .que
no guardaron su principados, si–
no
q.uedesa mpara ron su luga r,
los tiene reservados con cadenas
eternas en tinieblas para el juicio
del grande dia.
7
Así como Sodoma y Go–
morrha, y las Ciudades comarca–
nas '?iie fornicaron como ellas,
y
yendo en pos de otra carne
6
.,
fu e–
ron puestas por
C§f';;i"
iento, su–
friendo pena de
f~f'~·
eterno:
8
D e la -
tambien
dignidad
,
orfgen
:
que decayeron del
principado , de la dignidad , en- que des–
de el principio fueron cr&dos , perdiendo
p,¡r su rebeldía
el
Cielo , en que teni:m
:::~'domicilio.
u.
PETR.
JI.
4·
Están guar–
dados
en
cadenas l1asta
el
J uicio del gro.n–
de dia.; pues aunque desde el momento
de
su
rebelion~stán,
adeciendo las penas
~el
Infierno, se
aumentarán éstas
en el
diacxlel Juj · . ""
·DA
con orroslnrérprcrcs.
6
U
~
los pecados ncfo.ndos
y
abomi–
nable
que
cometian.
R oman.
I.
2
7.
7
T. Gr.
irt~?l'l'lac;:tJM!YOI
,
adormeci–
dos.
Estos tales cometen iguales impure–
zas ,
y
ocupan su espíritu en buscar nue–
vas maneras de m;mcharse
con
todo
gé–
nero ele abominaciones ;
y
para
dar satis–
f.,ccion a sus impuros apetitos , se recreau
en sus ilusiones noél::urnas ,
y
de dia
tie–
nen
los ojos llenos de adulterio
y
de un
pecado. que no conoce jiu.
u.
P
BTR.ll. 14.
b
Grnrs.
~Iz.
24.