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CAPITULO 111.

maro suam pro nobis posuit:

et nos debemus pro fratribus

anj mas ponere.

17

Qui • habuerit substan–

tiam huius mundi , et viderit

fratrem suum necessitatem ha–

bere , et clauserit víscera sua

ab eo; ¿quomodo charitas Dei

manet in eo?

18

Filioli mei, non diliga–

mus verbo neque lingua , sed

opere et veritate.

19

In hoc cognoscimus quo–

niam ex vcrita te su mus : et in

conspeétu eius suadebimus cor–

da nostra.

20

Quoniam si reprehende–

rit nos cor nostrum ; maior est

Dcus ca rde nostro , et . novil

omnia.

2 ,

Charissimi , si cor no–

strum non reprehenderit nos,

_,

ñduciam habemus ad D eum:

22

Et • qu!dquid petieri–

mus, accipiemus ab eo: quo–

niam mandata eius custodimus,

et ea quae sunt placita coram

eo , facimus.

su vida por nosotros:

y

nosotros

debemos poner nuestra vida por

los hermanos

r .

17

El que tuviere riquezas

de este mundo ,

y

viere a su

hermano tener necesidad ,

y

le

cerrare sus entrañas

2

;

¿cómo

está la caridad de Dios en

él?

18

Hijitos mios, no amemos

de palabra ni de lengua, sino de

obra y de verdad.

19

En esto

3

conocemos que

somos de la verdad : y que noso–

tros persuad iremos nuestros cora–

zones delante de Dios.

20

P orque si nuestro

cora~

zon nos reprehendiere •; mayor

es D

, que nuestro corazon,

y

sabe todas las cosas.

21

C adsünos , si,. estro co–

razon no nos reprP " e, confian–

za tenemos delante de Dios

s :

22

Y quanto le pidiéremos,

recibiremos de él: porque guarda–

mos sus mandamientos ,

y

hace–

mos las cosas que son agradables

en su presencia.

~,-._)

1

Estar prontos para morir si fuere

necesdrio por

la salud espirirual de

nues–

tros hermanos.

l oANN.

xv . 13. V éase S.

AMaaosro Lib.

' W·

Offic. Cap. xrr.

2

Le neg:rre con crueles encrañas lo

que necesita para salir e la miseria en

que se halla. Y si le nie

esto , ¿cómo

podrá

persu,1dir

que está pronto a ofrecer

su vida por su salud? De aquí se

U

no_.ama de vera,.s a su hermano ,

consiguiente ni tampoco a Dios ,

y

que el

amor de este Seflor no habita en su cora–

zon.

Grande culpa

,

si

sabiéndolo

tlt,

tu

l~ermmzo

u

halla. m:cesüado,

dice S.

A~r.BROSIO

L ib.

1.

Offic. Cap. xxx r.

l Por estos servicios reales

y

efcél:i–

vos , que por motivo de taridad

y

sínce-

a L uc.

TI I .

11.

Incob.

JJ.

15-··

T om. II.

r~1entc

hiciéremos a nuestros hermanos,

conoceremos que somos hijos de la ver–

dad , hijos de Dios , cuya caridad imita–

mos ;

y

de este modo conscrvarémos una

:~conciencia tra~l·

·

y

segura delante

de

D i06

ii!Epor f ""

¡;

.mro

est:Í de nuestra par–

te

cu1~~

os

.us santos

Man?:ur~ienros.

4

orque

SI

nuestra conc1enc1a nos

ar-

guye de

la dureza que hemos usado con

nuestros próximos ; ¿qué sucederá quan–

do nos presentemos en elTribunal del So–

berano Juez, que nos conoce infinitamen–

te mejor que nosotros a nosotros mismos?

5

Porque el mejor medio para entrar

en confianza de que Dios nos mirari con

misericordia , es

us<~rla

con nuestros her–

manos..S.

CYPRIAN.

d~

Opet·. et E lum.

b Mattlt .

.z.xr

.

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