CA PlTULO
H.
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25 Et haec cst repromtssto
quam ipse pollicitus est nobis,
v iram aeternam.
26 . Haec scripsi vobis de his
qui seducunt vos.
27 Et vos unétionem qua-m
accepistis ab eo, maneat in vo–
bis. Ec non ncccsse habecis ut
aliquis doceac vos : sed sicut
unétio ei"us docec vos de omni–
bus , et verum est , et non est
mendacium. Ec sicuc docuic vos;·
manete in eo.
28 Ec nunc, fili oli , mane–
te in eo : ut cun1 appa ruerit,
habeamus fiduciam , ec non
confundamur ab eo in adventU.
eius.
f..
29 Si scicis quoniam llllstus
est,
scitot~uoniam
et omois
qui faci c iustitiam, ex ipso na–
tus est.
• Q uando nuestra union con Dios lle–
gue· a m pcrfcccion :
l.t
Slibst~ncia
de la
promesa que nos rit:nc hecha , será la vi–
da crcrn:i prometida a los que creen .
2
Tocante a estos impostores , que
os
quieren engañar con astucia J i.tbólica.
l
T.
Gr. ,u͕H,pt
'rm.mn·"·
• La gr:tcia del Espírin1 Sanro.
s
Si
cst.l
Unciolil b:tstaba
para
todo,
¿a qué- fin r:uuo conaro en
es
re Santo
A
p6stol
y
en todos los
' , para dar
instrucciones a los fides? El póstol ram–
bien
sabi::~
muy bien , qne b s pala!Jt de
los hombres solo pueden llegM a las
j:1s ddcucrpo; n1'Rs que se necesita que ha·
y n un Maestro que nos insrruyn al mismo
tiempo en Jo interior. Nuestras palabras,
por lo que mira a las personas que quere–
mos instruir, no tienen otro efcél.o que el
<]UC
tienen los dt:svclos de un Jardinero,
que se .1plÍca a cultivar un -árbol : no es él
d que forma
~~
fruto qucr llc,•a , ni tiene
.que ver en lo que se obra en lo inrerior
25
Y
esta es la promesa que
él nos prometió , la v-ida eter- ·
na '.
26 Os he escrito estas cosas
sobre aquellos que os en gañan •.
27 Y
permane1.ca' en voso–
tros la uncion +que recibisreis de
él. Y no teneis necesidad que nin–
guno'os enseñe
s:
mas como sll
uhcion os eriseña en todas las co–
sas,
y
es verdad,
y
no es mentira.
Y como ella os ha enseñado, per•
mancced en ello.
28 Y ahora, hijitos, perma–
neced en ello • : para que quando
apa reciere
1 ,
tengamos confianza,
y
no sea mos confundidos por él
en su ijfnida.
29 Si sabeis que él es justo,
sabed cambien
q~e
t ;> o aquel
que hace la justici
s nacido
' de él
8 •
del árbol.
El
que p!.mta. , no es un
da, rzi
el
que riega
,
dice S.
P A BLO ,
r. Corint/1.
1
n.
7.
mas es D ios
el
qw!:¡Jo
Hace
crecer.
Y c:1ro es lo que signific:lll estas palabras
de~uestro
Apóstol :
Su uncion es la que
1lOS
ensdia todas
1,-u
COS:IS.
AUGUST JN .
Trnfl. tu.
iu
r. Epist.
l omm. u.
IJ.
· Si
Jos Hcreges quisieran abrir Jos ojos , nQ
;¡jlusarian J c
c~te
1
to para sus errores.
6
• Pcrser
rr.
rmes
en su doéhina.
7
P1.
u
' quando sc:tmos presenta-
dos
ari.
su se,•ero
T
ribun~tl
,
nos reco–
nozca l'or sus ovejas ,
y
no nos separe de
sí para eterna confusioo de nuestras
a~m :lS ,
privándonos
de la
vista de su cara.
8
Da a
cnrenller , que
ha
ren::~cido
en
J esu Christo , porque vive segun su espí–
ritu
;
porque como este Señor es la fuen–
te
y
el principio de toda justicia' ningu–
no hay que sea justo sino por él. Y este
nu'evo nacimiento , que nos comunica es;.
te segundo Ad:tm , es- tan feliz como
dci•
gradado el que
tr:ot
ethos del primero.