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EPISTOLA DE S. PABLO A LOS HE13REOS.
2
r
Et Sacerdotem magnum
super domum Dei:
22
Accedamus cum vero
carde in plenitudine fidei , as–
persi corda a consciencia ma–
la , et abluti corpus
<~qua
mun–
da.
23
Teneamus spei nostrae
confessionem indeclinabilem , fi–
d elis enim est qui repromisit,
24
Et consideremus invicem
in provocationem charitatis et
bonorum operum :
25
Non deserentes colleél:io–
nem nostram , sicut consuetu–
dinis est quibusdam , sed
CO!)–
solantes ; et tanto magis quanto
videritis appropinquanrem diem.
26
Voluntarie enim"' • pec–
cantibus nobis post acceptam
notitia~~-veritatis
, iarn non
relinqui~ro
- peccatis ho–
stia:
1
Sobre la Iglesia. La voz
ünrmos
es–
tí.
en el
)~.
1
9·
que rige este
S:~cerdotem,
y
se repite por dar claridad al texro. Lo
que quede rl?rado para otras
\'Cccs
que
lo exige el
scnrido.
'
D e las obras de muerre. Haccll aqu(
alm ion
,1!
agua de la ceniza de la vaca ro–
xa ; con cuya aspcrsion quedaba purifica–
da !.1 inmundtcia legal.
N um. :rix.
3
En el agua
~
Bautismo : no
r~i
biéndole una segun
~i' ~
sino conser–
vando la pureza de alma
·~
cuerpo que
recibimos en
él. EzBCR. xxxv1.
2~.
'*
La fe
y
la esperanza que'profesamos
en el Bautismo. S.
T HOMAS
L l'8.
r
1 .
s Cad..t uno mire las acciones buenas
de su pr6ximo para imitarlas.
6
Esr:'IS eran unas Juntas o Congrega–
ciones
,
i
GUC
acudi:1,n los fieles. Esras,
Jes dice, son muy útiles para mantener
nna estrecha union de corazones
,
y
con–
firmarlos en
la
fe : cuidado no sea que
a Supra vr.
4·
21
Y
que tenemos un g ran
Sacerdote sobre la casa de Dios ' :
22
Lleguémonos a él con ver–
dadero cora?.on , con fe cumplida,
purificados los cora?.ones de con–
ciencia mala • , y lavados Jos
cuerpos con agua limpia'·
23
Conservemo 'firme la pro·
fesion de nuestra esperan?.a
4 ,
por–
que fiel es el que hi?.O la promesa,
24
Y
considerémonos unos
a
otros
s,
para estimula rnos a cari–
dad y a buenas obras :
25
No abandonando nuest ra·
cong regacion
6 ,
como es costum–
bre de algunos , mas alentándo–
nos; y tanto mas quaoto viereis
que se acerca el dia
1.
26
Porque si pecamos noso–
tros voluntariam te
8
despues
que conocimos la verdad , no res–
ta ya mas sacrificio por los peca–
dos
9:
dex:mdo de freqiientarJas
,
lleguemos por
último a perder la fe por el horrible cri–
men
de
la apo¡tasía ,
y
nos apartemos
de
la
Congregac·
!J.
de los fieles , que es
1a
Iglesia.
S.
Cy
IAN.
Lib. de Unit. E ce/.
1
El juicio último , que comienza en
la muerre de cada urio de nosotros
,
y
al
que por consiguiente nos acercamos co–
mo al término por momentos.
S.
TnoMA!.
1
Si
despucs
efe
haber reconocido
la
verdad de la J\Fiigion Christiana,
y
de
h-t–
berla abrazado ,
l.a
2bandonamos
y
renun–
ciamos a Jesu Christo.
S.
Ave. i11 .Expor.
inchoata Epirt. ad Roni.
Lo que
se aplica
'
rindpalmente
a
los Hebréos com·ertidos
que apost2t.1b:mde la fe dcChristo.EsTIO.
9
Porque
los
Apóstatas , arrojando
de
sí a Jesu Christo , que es Ja soJa vítlima
que podía ex.piar sus pecados , no les que–
da
ya
ningun· medio de poder agJacar
la
Magcstad
y
Justicia
de
D ios.
Pu~
ya
na–
da valen las hostias
y
ofrendas legales,