CAPITULO
II.
Jens in humil\tate et religione
Angelorum , quae non vidit am–
bulans , frustra inflatus sensu
carnis suae ,
19
Et non tenens caput, ex
quo totum corpus , per nexus
et coniunétiones subministratum
et construétum , crcscit in aug–
mentum Dei.
20
Si ergo mortui estis
cum Christo ab clementis huius
mundi ; ¿quid adhuc tamquam
viventes in mundo decerni–
tis?
21
N e tetigeritis , neque gu–
staveritis, neque contreétaveritis;
22
Quae sunt omnia in ln–
teritum
i.
pso usu. , secundum
praecepta et doétrinas homi-
num !
fl
23 Quae
sun~
rationem quí–
dem habentia sapientiae in su-
w
Enseñando to que no entiénde so–
b re el oficio
y
ministerio de los Angeles;
y:
vendiendo con sobcrpia e hinchazon sus
vanas imaginaciones sobre unas cosas muy
obscnras ,
y
que exceden la capacidad
y
comprehcnsion de los
hombr~s.
"'
Debiendo no scp.narse de la Cabeza
d el t uerpo de la I glesia que es JcsuChris–
to , de la qua! solamente ,
y
no de los
Angeles , cada uno de los miembros que
lo componen reciben
la
vida , el alimento
y
el aumcmd. No condena aquí el Santo
Apóstol la veneracion que
~bemos
a es-
10S
Espíritus celestiales ; mas quiere que
Ycconozcamos que son Solamente Minis–
tros de Dios ,
y
que Jesu Christo es su
Señor
y
el nuestro
¡
y
que este es
.el
único
:Mediador que hay entre Dios
y
entre los .–
llombres. E l CHRYSÓSTOMO.
3
Si esuis libres de
b
observancia de
las ceremonias legales abolidas por la
m uerte de j csu Christo, que eran como
]os rudimentos primeros de los hombres,
y
figuras de las verdades que ¿e cumplie–
ron
eJ.~~~.¿IT~
qué no acabais da dar da:
tanda en humildad dar culto a los
Ángeles, que nunca vió
', andan~
do hinchad o vanamente en el
sen~
tido de su ca rne,
19
Y sin estar unido con la
cabeza
2
,
de la qua! todo el cuer–
po socorrido y orga ni:z.ado por
sus ligaduras
y
coyunturas , cre–
ce en aumento de Dios.
· 20
Por
t~nto
si estais muer–
tos con Christo a los rudimentos
de este mundo ' ; ¿por qué tooa–
vía dogmatizais como si viviéseis
al mundo
•?
2 1
N o comais • no gusteís,
no toqueis
s
;
22
Las quales cosas son to–
das para muerte, usándolas se–
gl'!n los preceptos
y
doétrinas de
los homb1es
6 :
23 Estas cosas a la verdad
&ienen apariencia de sabiduría en
..
mano a esas disputas
y
doél:rina· sobre
f~
obligacion de tales ritos , como si rodJví::i
no ,hubierais sacudido su pesado yugo?
4
El T. Gr.
Jby,ua.Tie:•<8"•,
y
el
l ntér.-:3
prete Ice
/ty.u«Tie:•-n,
dogmatizay.
l o
que
habla con los falsos Doél:ores que dogma–
tizaban precisando
:1
la obser.-ancia de
las~
ceren~nias
de
la
Ley.
s Diciendo : No toqueis , no comais::
esta o aquella vianda, porque es inmunda.
6
Y
por consiguiente no pueden scc
útiles ni dailosas por Jo que mira a b. sa–
lud del alma.:
Porque
~
que mtra por /.'1.
boca
,
uo
u
lo tt'te contamina o hftce in–
numdo alltom6re.
M ATTU. 'XV. JL
Y
todo lo q_ue os enseñaren fuera
de
esto se
fun<l.l {micamenre
en
opiniones mundan:1sf
que solo tienen una apariencia de s.tbi.:.
dmía,; esto es, de picd,1d sólida
y
verda-–
dera ,
y
que por una f ds:1 piedad
y
hU–
mildad afeébd.a no se la perdonan al cuerw
po ,
y
le
nieg:m
el
necesario alimento.-
Él
Apóstol no condena aquí las abstincnci:ti
y
ayunos moderados que sugiere un
v~r
dadero espíritu de penitencia ; sino sQI;¡,-
Nnn
2