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LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES.

speétum Apostolorum: et oran–

tes lmposuerunt eis manus.

7

Et verbum Domini cre–

scebat , et multiplicabatur nu–

merus discipulorum in lerusa–

lem valde : multa etiam tur–

ba Sacerdotum obediebat

fi–

dei.

8 Stephanus autem plenus

gracia et fortitudine faciebat

prodigia et signa magna in po–

p ulo.

9 Surrexerunt autem qui–

dam de Synagoga, quae appel–

latur Libertinorum et Cyre–

nensium et A lexandrinorum et

corum qui erant a Cilicia ct

Asia , disputantes cum Stephac

no:

1

o Et non poterant resiste–

re sa picntiae et Spiritui qui lo–

quebatur.

e

11

Tune summiserunt vi–

ros , qui dicerent se audivls–

se eum dicentem verba bla-

1

Para ordenarlos de Diáconos. El ór–

dcn primitivo que observaba la

l glesia:.cn

b

ordcn~cion

de sus Ministros , era el si–

guiente. Los fieles cscogian aquellos que

eran de una virntd conocida,

y

que tenian

b

aprobacion

y

testimonio

de todo el pue–

blo: los presentaban a los Apóstoles co–

mo a los primeros P,bispos

;

y

estos

,

ha–

Jiándolos dignos , los orlcnab:m por la

oracion con las palabras correspondientes,

y

por la imposicion de las manos.

:a

Los

Sacerdotes de Jos Judlos et1n

ya en número muy crecido en tiempo de

Esl>RAs

Lib.

r .

Cnp. x. 36.

Pero despues

s.c

muhiplic:uon mucho mas. Estos , que

fueron los que habian movido al pueblo

para que pidiesen

la

muerte del Salv.tdor,

cntr:tron :thor:t

a

participar de todas las

gracias de aquel mismo

a

quien habian

he–

cho m_orir sobre una Cruz. ¡Qué exemplo

de

candad! CnRnosT.

inAfl.J-lom.

~Jv.

de los Apóstoles : y orando '- pu–

sieron las manos sobre ellos.

7 Y crecia la palabra del Se–

ñor, y se multiplicaba mucho el

número de los discípulos en 'Je–

rusalem.

Y

una grande multitud

de

los

Sacerdotes obedecia cam–

bien

&

la fe •.

8

Mas

Estevan lleno de gra–

cia ' y de forta leza hacia gran–

des

prodigios y milagros en el

pueblo.

9. Y algunos de la Synago–

ga, que

se

llama de

los

Liberti–

nos • y de

los

Cyrenéos y de

los Alexandrinos y de aquellos

, que eran de Cilicia y de

A sia, se

levantaron a disputar con Este–

van

=e

10

Y no podían resistir a la

Sabiduría y al Espíritu

s

que ha–

qlaba.

1

r

Entónce~

.

.i

sobornaron a

hombres que dixesen, que ellos

le habían oído decir palabras de

3

T . Gr.

-;rlnt~f,

de

F~.

4

Habia en JerusaJcm grande número

de Synagogas, que eran como otras tanras

escuela~

en

donde se juntaban a Orar,

y

se

expl1caba la

Ley de

Moysés ,

y

las Sa–

gradas Letras. Estos Libertinos eran

a

lo

que se cree, Judíos o prosélitos

de'

dife–

rentes

nacione~

que habian nacido de pa–

dres esclavos,

los

quales lo9raron despues

la libertad. Los orros Judíos nacidos de

padres libres

,

no querian mezclarse con

ellos ,

y

los obligaban

a

jumarse en una

Synagoga panicular.

5

T.

Gr. ~

iA<fA«,

con que hnbltzba.

Este fué

el

cumplimiento de lo

que

Jcsu

Christo les babia prometido.

MATTu. x.

20.

Que

él

les

daria

una sabiduría

a que

no podrian resistir todos sus cncmioos.

6

Quando

la malignidad es

v~ncida

de la verdad , recorre al aniñcio

y

al en–

gaño.