C A PITULO VI.
35
despreciadas en el servicio de ca–
da dia.
sterio quotidiano viduae eo-
rum.
2
Convocantes autem duo–
decim multitud inem disci pulo–
r um,
dixerunt:
Non est aequum
nos derelinquere vcrbum D ei, et
ministrare mensis.
3 Considera te ergo, fratres,
vlros ex vobis boni testimonii
septem , plenos Spiritu Sanél:o
et sapientia, quos constituamus
super hoc opus.
4 Nos vero orationi , et
ministerio verbi instantes eri–
ínus.
5 E t placuit sermo coram
ómni multitud ine. E t elegerunt
Stephanum , vi rum plenurn fide
et Spiritu Sanél:o , ct P ltilip–
pum ct Prochorum et N ica–
norcm et Timonem et Par-•
menam et
Ni~aum
advenam
Antiochenum.
6 Hos statuerunt ante con-
con
el
mismo socorro o limosna diaria que
hs de los llcbréos :
y
esto nacia tambien
de que no se encargaba a ninguno de los
Griegos el repartimiento de estas asisrcn–
ci.ls.De
aquí se vé como
el
enemigo em–
pcz6 a scmbr:tr
l:t
ziZaña en el campo del
Señor
,
aun quando se dice que los discí–
p ulos no tcni.m sino un
co~zon
y
un
aJ–
·JTI:t
sol:t.
1
MS.
No u guisado.
, Que dcxcmos de predicar
la
palabra
de Dios , por encargarnos de distribuir a
los fieles
el
:tlimenro del cuerpo. La l gle–
si.t en sus Cánones , para dcxar el tiempo
libre a los Pastores ,
y
que lo empleen en
el
c~tudio
dr.: las Sagudas Letras , y en
apacentar su ganado , ordenó qnc encar–
g.lsen a sus Diáconos con el título de Ecó–
nomos o M.tyordomos
la
adminisrracion
de l.1s rent•s cclcJ>iásticas.
'
Por ornriou
se entiende aquí , pri–
meran~cnrc
1.1
p1íblica , a que asiscian los
1 om. ll.
2
Por lo qua! los doce con–
vocando la mu ltitud de los discí–
pulos, dixeron: No es justo' que
dexemos nosotros la pa labra de
D ios,y que sirvpmos a las mesas
2
•
3 Escoged pues , hermanos,
de entre vosotros siete varones
de buena reputacion , llenos de
Espíritu Santo y de sabiduría , a
los qua!es encarga rémos esta obra.
4 Y nosotros atenderemos de
contínuo a la oracion ' y a la ad–
ministracion de la palabra.
5 Y pareció bien a toda la
junta esta proposicion. Y eli–
¡¡ieron a Estevan , hombre lleno
de fe y de Espíritu Santo, y a
P helipe
4
y a P rocoro y a Nica–
nor y a T imon y a Pa rmenas
y
a Nicolás prosléyto
s
tle Antia–
quía.
6 A estos pusieron delante
Apóstolcs con todo
el
pueblo,
y
a la que
ahora corresponde lo que llamamos Ofi–
cio~
Divinos ;
y
tambicn
la
particular en
que empleaban todo el tiempo que les de–
x~ban
libre las tareas de su apostólico mi–
nisterio.
4
Este predicó despues en Samaria,
y
se sirvj6 Dios de él para instruir al Eunu–
co de Candace , ReyQjl de Ethiopi::a ,
y
darle el bautisnft>.
AO.
VI I I.
5·
12.
26. 34·
s
Era originario de Antioqub, y
pr~
sélito , esto es , nacido de padres infieles,
pC80
incorporado con el pueblo de los Ju–
díos por la circuncision , y las otras ob–
servancias de la ley : dcspucs se convirtió
a la Fe de Jesu Christo. Muchos Padres
han mirado a este como autor de la hcre–
gía de los Nicolaíras : otros lo jusrifieao,
acusando a los Nicolaítas de haber queri–
do autorizar su heregía con el nombre de
es
re antiguo Diácono.
TILLE~L
H
i.st. E
el.
1om. JJ.png.
45 ·
Ez
•