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CAPITULO 111.

397

2 1

¿Lex ergo adversus pro–

rnissa ])ei? Absit. Si enim da–

ta esset Lex, quae posset· vivi–

ficare , yere ex Lege esset iusti–

tia.

22

Sed • conclusit Scriptu–

ra omnia sub peccato , ut pro–

missio ex fide Iesu Christi da- '

retur credentibus.

23 Prius autem quam veni,.'

ret tidcs , sub Lcge custodieba

mur conclusi, in eam fidem qu·

revelanda erat.

24 ltaque Lex Paedagogus

noster fuit in Christo ,

lt¡

x fi.

de iustificemur.

25 At ubi venit

fid~·

, iam

non sumus sub Paedago' o.

26 Omnes enim Filii ?!leí

estis per fidem

~

qu::c

est in

Christo 'Iesu.

,y

27 Quicumque ·' enim in

Christo baptizati stis , Chri–

stum induistis.

1

Luego si la

ley

es tal como la has

pintado , es contraria a las promesas de la

gracia

¡

pucsro que no solamente no quita

el pecado, sino que sirve , no por culpa

suya

~ino

por la malicia del hombre , pa–

ra aumentarlo ;

y

así pare-ce que es un

obstáculo del cumplimiento de las prome–

sas de Dios. No es así , responde a esta

objecion el Santo Ap6stol , ánres por el

contrario si la

Ley

tuviese ,fuerza de dar

la vida de la gracia

y

la

ere~a

felicidad,

en este caso haría lo que pertenece a la fe,

y

scri:m inútiles la fe

y

las promesas ;

por~

que la Ley lo haria enrónccs todo ántes

que fuesen cumplidas las promesas. Y así

la

Escritura ha declarado , que todos los

hombres estaban en

el

pecado , para que

no esperasen de sí mismos , si no de la

fe

en

.1

esu

Christo

el

cumplimiento de

las

promesas. El

C H R YSÓSTOMO.

1

Con

el

fin

de refrenar nuestras pa–

Jiones con sus amenazas , esperando

a aquel

A

Romau.

I 1

J.

21

¿Luego la Ley es contra

las promesas de Dios

•? N

o por

cierto. Porque si la Ley dada pu–

diese vivificar, la justicia en ver–

dad seria por la Ley.

22

Mas la E scritura todas las

cosas encérró baxo de pecado, pa·

raque la promesa fuese dada a los

creyentes por lafeenJesuChristo.

23 Mas ántes que la fe vinie–

se, estábamos baxo la guarcra de

la

Ley encerrados • , para aquella

fe que habia de ser revelada.

24 Y así la

Le~

fué el Ayo

que nos conduxo a Christo ',para

que fuésemos justificados por fe.

25 Mas desde que vino la fe,

~

estam.¡¡,s ya baxo del Ayo •.

26 Pif!,s todos sois hijos de

Dios por la fe , que es en J esu

:oChristo.

27 Porque todos los•que ha–

beis sido bautizados en Christo,

estais revestidos de Christo

s.

que debía curarlas con su gracia ,

y

dar–

nos libertad de las prisiones antiguas.

R o-

1llfm. VII I . I 5·

3

T .

Gr.

t ÍS

xel;lr

J

para

J

o hácirr.

CIIrkq,J

3

~.Y

como un Maestro severo

ponía

dCT.·mrtt't!

los J udíos sus obligacio–

nes ,

y

los castigaba quando f.1haban

a

ellas ; y aunque por sí misma no pudiese

conducirlos a la justicia, los

llevaba

como

por la mano a Jcsu

Ch~sto

de quien de–

bían esperarla.

.F'1$ra

de esto, todo el apa–

rato de sus ceremonias ,

y

todo Jo que su–

cedía a este ]>ueblo, anunciaba

y

figura- .

ha a

Jesu Christo.

.ot

Ya .no estamos sujetos al Ayo ; he–

mos mudado de condicion ; somos ya tra–

tados no como siervos , sino como libres

y

como hijos.

s

Os habeis despojado

~el

hombre

vicjo,para vestiros del nuevo que es Chris–

to.

Romau. vI. 3

4· Y

así

ahora

no tiene

ya uso alguno la Ley.

Íl

Roman.

VI.