CAPITULO 111.
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2 1
¿Lex ergo adversus pro–
rnissa ])ei? Absit. Si enim da–
ta esset Lex, quae posset· vivi–
ficare , yere ex Lege esset iusti–
tia.
22
Sed • conclusit Scriptu–
ra omnia sub peccato , ut pro–
missio ex fide Iesu Christi da- '
retur credentibus.
23 Prius autem quam veni,.'
ret tidcs , sub Lcge custodieba
mur conclusi, in eam fidem qu·
revelanda erat.
24 ltaque Lex Paedagogus
noster fuit in Christo ,
lt¡
x fi.
de iustificemur.
25 At ubi venit
fid~·
, iam
non sumus sub Paedago' o.
26 Omnes enim Filii ?!leí
estis per fidem
~
qu::c
est in
Christo 'Iesu.
,y
27 Quicumque ·' enim in
Christo baptizati stis , Chri–
stum induistis.
1
Luego si la
ley
es tal como la has
pintado , es contraria a las promesas de la
gracia
¡
pucsro que no solamente no quita
el pecado, sino que sirve , no por culpa
suya
~ino
por la malicia del hombre , pa–
ra aumentarlo ;
y
así pare-ce que es un
obstáculo del cumplimiento de las prome–
sas de Dios. No es así , responde a esta
objecion el Santo Ap6stol , ánres por el
contrario si la
Ley
tuviese ,fuerza de dar
la vida de la gracia
y
la
ere~a
felicidad,
en este caso haría lo que pertenece a la fe,
y
scri:m inútiles la fe
y
las promesas ;
por~
que la Ley lo haria enrónccs todo ántes
que fuesen cumplidas las promesas. Y así
la
Escritura ha declarado , que todos los
hombres estaban en
el
pecado , para que
no esperasen de sí mismos , si no de la
fe
en
.1
esu
Christo
el
cumplimiento de
las
promesas. El
C H R YSÓSTOMO.
1
Con
el
fin
de refrenar nuestras pa–
Jiones con sus amenazas , esperando
a aquel
A
Romau.
I 1
J.
9·
21
¿Luego la Ley es contra
las promesas de Dios
•? N
o por
cierto. Porque si la Ley dada pu–
diese vivificar, la justicia en ver–
dad seria por la Ley.
22
Mas la E scritura todas las
cosas encérró baxo de pecado, pa·
raque la promesa fuese dada a los
creyentes por lafeenJesuChristo.
23 Mas ántes que la fe vinie–
se, estábamos baxo la guarcra de
la
Ley encerrados • , para aquella
fe que habia de ser revelada.
24 Y así la
Le~
fué el Ayo
que nos conduxo a Christo ',para
que fuésemos justificados por fe.
25 Mas desde que vino la fe,
~
estam.¡¡,s ya baxo del Ayo •.
26 Pif!,s todos sois hijos de
Dios por la fe , que es en J esu
:oChristo.
27 Porque todos los•que ha–
beis sido bautizados en Christo,
estais revestidos de Christo
s.
que debía curarlas con su gracia ,
y
dar–
nos libertad de las prisiones antiguas.
R o-
1llfm. VII I . I 5·
3
T .
Gr.
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xel;lr
J
para
J
o hácirr.
CIIrkq,J
3
~.Y
como un Maestro severo
ponía
dCT.·mrtt't!
los J udíos sus obligacio–
nes ,
y
los castigaba quando f.1haban
a
ellas ; y aunque por sí misma no pudiese
conducirlos a la justicia, los
llevaba
como
por la mano a Jcsu
Ch~sto
de quien de–
bían esperarla.
.F'1$ra
de esto, todo el apa–
rato de sus ceremonias ,
y
todo Jo que su–
cedía a este ]>ueblo, anunciaba
y
figura- .
ha a
Jesu Christo.
.ot
Ya .no estamos sujetos al Ayo ; he–
mos mudado de condicion ; somos ya tra–
tados no como siervos , sino como libres
y
como hijos.
s
Os habeis despojado
~el
hombre
vicjo,para vestiros del nuevo que es Chris–
to.
Romau. vI. 3
4· Y
así
ahora
no tiene
ya uso alguno la Ley.
Íl
Roman.
VI.
3·