CAPITULO XI.
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t8 Quoniam multi glorian-
18 Y ya que muchos se glo-
tur secundurn carnero ; et ego
r!an segun la carne • ; yo tarobien
gloriabor.
me gloriaré.
19 Libenter eniro suffertis
19 Porque de buena gana su-
insipientes , curo sitis ipsi sa- frís a los necios • , siendo vosotros
pientes:
sabios:
20
Sustinetis eniro si quis
20
Porque sufrís a quien os
vos in servitutcro redigit , si
pone en servidmnbre ' , a qu ien
quis devorat , si quis accipit, si/ os devora; a quien de vosotros
to-
quis extollitur, si quis in fadem
ma , a quien Se ensalza, a quien os
vos caedit.
hiere en la ca ra,
21
Secunduro ignobi!itatem
2 1
Lo digo con afrenta: co-
dico, quasi nos infirroi fueri-
mo si nosotros hubiésemos fla-
mus in hac parte. In quo qu is
queado en esta parte. E n lo que
audet, in insipientia dico , au- otro tiene osadía, hablo con im-
deo ct ego.
~
prudencia, tambien yo la tengo.
22
H ebraei sunt , et e o: Is-
22
Son Hebréos , yo tambien:
raelitae sunt, et ego : Semen
Son Israelitas , yo tambien : Son
Abra hae sunt, et ego.
liPiage dC. Abraham, tambien yo.
23 Ministri Christi unt
f
ut
23 Son Ministros de Christo,
minus sapiens
~co
, lus ego:
hablo
4
como roénos sabio , yo
in laboribus plurim· , in car- omas
5 :
en mayores t rabajos, en
~
'
Y
ya que h1ucho ; quiere
decir , to–
dos vuestros f.1lsos Ma srros hacen alarde
de cierras prcrogarivas exteriores
y
mun–
danas ; dt.!xJd que
yo
t:unbien lo haga, no
p:1ra imitar su vanidad, sino para sostener
y
deJCndcr la autoridad
y
verdad de mi
Apostolado. S.
TnoMAS
L eEt.
1v.
1
Porque es propiedad de hombres
sa~
bios como sois vosotros , sufrir con pa–
ciencia Jos dctCétos de los que son necios
e imprudentes como yo. Esta es una iro–
nJa.
3
Esta es la prueba deela ironía del
versículo precedente : Sufrís rambien que
eso!>
(,J~os
Doét-ores os traten con el mis–
mo rigor con que se trata a Jos esclavos;
que
<.'$
de"oren
y
que os roben;
y
que
no conte_nt.indosc con lo que les dais vo–
luntJ.ri,,
y
generosamente , busquen mil
artificios
p.u.l
saquearas; últimamente su–
frís
(}UC
exerz.m sobre vosotros un impe–
rio tydnico
1
y
que os ulrragcn hasta lle–
g<lt ''
pont:ros las manos. Todo esto me
es preciso confesar para confusion
y
\'Cr–
giicnza mía, puesto que habiéndome por...
•
tado Con la tnayot modestia
y
1mmlldad,
si somos comparados con esos tales , se
descubrirá que somos hombres de ningun
valor,
y
sin la firmeza
y
constancia
que
debíamos mostrar para mantener nuestra
autoridad. Todo esto que dice
el
Sanro
Apóstol es una continuada ironía.
Y
su–
pue~e:
esos falsos Doél:ores , prosigue
ci
Santo , tienen osadía de alabarse
a
sí
mismos ; quiero yo r:unbien tenerla , aun..
que pase plaza de necio ,
y
alabarme
a mí
mismo , para que entiendan que poseo
yo
en un grado mas emincrete rodas esas bue–
nas qualidadcs
dt
qlle vanamente se glo–
rian. Véase el
CHRYSÓsT.
I-fom.
~xvr.
4
Si solo se atiende a mis pala–
bras
1
y
no al mot'ivo que me obliga a
proferidas , es cierto que hablo como un
necio.
s
Porque ellos lo son en la apariencia,
y
no en
la
realidad. Yo llevo en mí mis–
mo el caráél:cr de 1vlinistro de Jesu C hri.s–
to , que es el sufrir , el padecer...
y
ellos
solo buscan el honor
y
la autoridad del
ministedo.
S.
TnoMAS
L dl.
v.