366 EPISTOLA II. DE S.PABLO A LOS CORINTHIOS.
CAP
1
TUL O X.
Comienza a explicar quál es su potestad
,
JI
las fatigas
y
trabajos
que ha tolerado por reprimir el 01'gullo de los falsos Apóstoles
,
los
qua/es calunmiándole impedían el fruto de su predicacion.
1
Ipse autem ego P aulus
obsecro vos per mansuetudi–
nem et modestiam Christi , qui
in faci e quidem humilis sum in–
t er vos , absens autem confido
in vobis.
2
Rogo autem vos ne prae–
sens audeam per eam confiden–
ti~;~m
qua existimor audere in
quosdam , qui arbitr:¡ptur
~s
tamquam secundum carnem am–
bulemus.
3 In carne enim ambulan-<
tes, non secundum carnero mi–
litamus.
4 N am arma militiae no–
strae non carnalia sunt, sed po–
tentia Deo ad destruétionem ml!-
r Yo mismo que soy vuestr?!t..__pós–
tol.
z
MS.
E
por c/1 atempramimto
d~
Christo.
J
Soy osado
y
atrevido , empleando
toda mi autoridad con vosotros. S. Pa–
blo dá principio
l)
su Apología
conna
los
falsos Apóstoles que le desacreditaban. Lo
que dice hablando a los Corínthiqs , no se
dirige a roda su Iglcsia , sino a• algunos
que se habian dcxado engañar de los fal–
¡os Apóstoles enemigos de S. Pablo. De
estos , que por la mayor parte eran Hc–
bréos, unos que eran los que no se habian
convertido , le movian descubiertas
y
fu–
riosas persecuciones ;
y
otros que habían
~brazado
la fe , procuraban desacreditarle
con ocultas calumnias , envidias , murmu–
raciones.... N o pudiendo sufrir que sien–
do Hebréo como ellos , publicase coa
1
Mas yo mismo Pablo' os
ruego por la mansedumbre y mo–
destia de Christo • , yo que quan–
do estoy entre vosotros me mues–
tro humilde , mas ausente soy
osado con vosotros •.
2
Os ruego pues que quando
estuviere presente no me vea
obligado a usar con libertad de la
osadía que se me
~tribuye
• con–
tra:Jalgu~os,
que nos-juzgan corno
si anduv
ísemn·~
segun la carne.
3 Po
·~e
aunque
~ndamos
en
carne
s
,
n\i,militamos seglln la.
carne
6 •
4 Porque las armas de nuestra
milicia no son carnales; sino pode–
rosísimas en Dios
t
para destruí¡:
tanta libertad , que no era ya necesaria la
observ:tocia de la Ley de .Moysés.
+
T.
Gr.
~ A.~y~l;,op.~
To>..,uill'a,
i7t'i
Tl-
1'«~,
que pienso emplear coutra algunos
que me acusan , de que me gobierno por
las máximas de !IDa prudencia
y
polüica
toda human;c
s
Vivimos en un cuerpo morral.
6
No mostramos cobardía ni fl.1queza
p:ua
combatir a los hombres carnales.
7
Las armas de los Apóscoles eran el
conocimiento que les daba Dios de la ver–
dad del Evangelio ; la potestad espiritual
de que esraban revestidos por virtud del
Espíritu Santo, y el don de hacer milagros.,
con las quales abatieron el poder de los
G randes , el saber de Jos Philósophos ,
y
todo el orgullo del mundo , empeñado en
sosrener la impiedadque do.minaba.
TB.io–fB YLACTO.