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346 b

1

ISTOLA

JI.

DE

S. PABLO A LOS CORINTHIOS.

ipse illuxit in cordibus nostris,

ad illuminationem scientiae cla–

ritatis Dei in facie Christi

le–

su.

7

Habemus autem thesau–

rum istum in vasis fiétilibus : ut

-sublimitas sic virtutis D ei , et

non ex nobis.

e

8

In omnibus tribulationem

patimur , sed non ang ustiamur:

aporiamur , sed non destituí-

mur:

9

P ersecutionem patimur,

sed non derelinquimur : deiici–

mur, sed non peri mus.

1 0

Semper mortificationem

Iesu in corpore nostro circum–

ferentes , ut et vita lesu .!)'la–

nifestetur in corpó'ribus no-

stris.

1

r

Semper enim nos , qui

vivimus , in mortero tradimUr

propte

0

r Iesum : ut et vita lesu

manifestetur

in

carne nostra

mortali.

12

Ergo mors in nobis

operatur , vita autem

in

vo–

bis.

él mismo resplandeció en nues:

tras corazones, para Huminacion

del conocimiento de la gloria de

Dios en la fa z. de J esu Christo.

7

Pero tenemos este thcso–

ro • en vasos de

barro

2

;

para

que la alteza sea de la virtud de

D ios • , y no de nosotros.

8

En todo padecemos tribu-

1Iacion

4,

mas no nos acongojamos:

estamos en apuros s , n1as no que–

darnos sin recurso:

9

Pade-cemos per ecucion,

mas no somos desa mparados: so–

mos abatidos, mas no perecemos.

JO

Trayendo siempre la mor–

t ificacion

6

de J esus en nuestro

cuerpo , para que la vida de

Je–

sps

7

se manifieslf tambien en

nuestros

CUCI(_'>OS.

1

r

Porque nosotros, que vi–

vimos • , somos a cada paso entre–

gados a

múi~ rte

por J esus; pa

a

que la vida de Jesus se maniiies e

tambien en nuestra ca rne

mortal 9,

1 2

D e manera que la muerte

obra en nosotros , y la vida

en

vo–

sotros

•o.

~.-.....__.,

..

117Cr en Jcsu

Chrísto ,

que es ímágen

de

D ios , Y. 4. en quien se conoce

y

se vé.

1

D e b luz divina del Evangelio.

2

MS.

F echizo.r.

En cuerpos frágiles

y

débiles.

3

Es el pode\ de D¿os por el que obra–

mos

tantas maravillas en

la

predicacion.

4

Con mucho émphasís manifiesta, que

]os

~i.inisrros

del Evangelio por rotias par–

tes no hallaban sino aflicciones , angust" s

y

persecuciones ; pero que en medio de

estas , no desmayaban , ántes cobraban

uuevas

y

mayores fuerzas con Jos consue–

los

y

socorros que recibían

del

Cielo.

S

T. Gr.

m,.;J*t,OI '

:..».' ~X. ifGXO,~JJA701,

d udamos , mar no

daespera1rws.

La

voz

apuro

es del Gr.

é11Dri".

6

Expuestos rodos los días

a mil

ror-

mentos

y

a

la

muerte

,

representamos en

nuestros cuerpos la im:ígen de Jcsu Chris–

to, padeciendo

y

muriendo. . TnoMAS.

7

Para que nuestros cuerpos , dcspucs

de haber p n icipado de su

muerte ,

sean

tambien

asociados

a

su vida gloriosa por

Ja rcsurrcccion.

3

A

quienes

,

como a otros mucho.9

Christianos , no se nos

ha

quirado aun

la

vida.

9

Para que se reconozca por los

m–

bajos que padecemos con tanta constan–

cia

en

esta carne enferma

y

morral ,

que

J

esu

Christo

vive

y

obra eficazmente

en

nosotros por su gracia. El CnRYs6sToMo.

10

La mocrre de Jesu hristo se v6

vivamente representada en nosotros por

la

pane que

nos

toca de sus sufrimíc"rov