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1
ISTOLA
JI.
DE
S. PABLO A LOS CORINTHIOS.
ipse illuxit in cordibus nostris,
ad illuminationem scientiae cla–
ritatis Dei in facie Christi
le–
su.
7
Habemus autem thesau–
rum istum in vasis fiétilibus : ut
-sublimitas sic virtutis D ei , et
non ex nobis.
e
8
In omnibus tribulationem
patimur , sed non ang ustiamur:
aporiamur , sed non destituí-
mur:
9
P ersecutionem patimur,
sed non derelinquimur : deiici–
mur, sed non peri mus.
1 0
Semper mortificationem
Iesu in corpore nostro circum–
ferentes , ut et vita lesu .!)'la–
nifestetur in corpó'ribus no-
stris.
1
r
Semper enim nos , qui
vivimus , in mortero tradimUr
propte
0
r Iesum : ut et vita lesu
manifestetur
in
carne nostra
mortali.
12
Ergo mors in nobis
operatur , vita autem
in
vo–
bis.
él mismo resplandeció en nues:
tras corazones, para Huminacion
del conocimiento de la gloria de
Dios en la fa z. de J esu Christo.
7
Pero tenemos este thcso–
ro • en vasos de
barro
2
;
para
que la alteza sea de la virtud de
D ios • , y no de nosotros.
8
En todo padecemos tribu-
1Iacion
4,
mas no nos acongojamos:
estamos en apuros s , n1as no que–
darnos sin recurso:
9
Pade-cemos per ecucion,
mas no somos desa mparados: so–
mos abatidos, mas no perecemos.
JO
Trayendo siempre la mor–
t ificacion
6
de J esus en nuestro
cuerpo , para que la vida de
Je–
sps
7
se manifieslf tambien en
nuestros
CUCI(_'>OS.
1
r
Porque nosotros, que vi–
vimos • , somos a cada paso entre–
gados a
múi~ rte
por J esus; pa
a
que la vida de Jesus se maniiies e
tambien en nuestra ca rne
mortal 9,
1 2
D e manera que la muerte
obra en nosotros , y la vida
en
vo–
sotros
•o.
~.-.....__.,
..
117Cr en Jcsu
Chrísto ,
que es ímágen
de
D ios , Y. 4. en quien se conoce
y
se vé.
1
D e b luz divina del Evangelio.
2
MS.
F echizo.r.
En cuerpos frágiles
y
débiles.
•
3
Es el pode\ de D¿os por el que obra–
mos
tantas maravillas en
la
predicacion.
4
Con mucho émphasís manifiesta, que
]os
~i.inisrros
del Evangelio por rotias par–
tes no hallaban sino aflicciones , angust" s
y
persecuciones ; pero que en medio de
estas , no desmayaban , ántes cobraban
uuevas
y
mayores fuerzas con Jos consue–
los
y
socorros que recibían
del
Cielo.
S
T. Gr.
m,.;J*t,OI '
:..».' ~X. ifGXO,~JJA701,
d udamos , mar no
daespera1rws.
La
voz
apuro
es del Gr.
é11Dri".
6
Expuestos rodos los días
a mil
ror-
mentos
y
a
la
muerte
,
representamos en
nuestros cuerpos la im:ígen de Jcsu Chris–
to, padeciendo
y
muriendo. . TnoMAS.
7
Para que nuestros cuerpos , dcspucs
de haber p n icipado de su
muerte ,
sean
tambien
asociados
a
su vida gloriosa por
Ja rcsurrcccion.
3
A
quienes
,
como a otros mucho.9
Christianos , no se nos
ha
quirado aun
la
vida.
9
Para que se reconozca por los
m–
bajos que padecemos con tanta constan–
cia
en
esta carne enferma
y
morral ,
que
J
esu
Christo
vive
y
obra eficazmente
en
nosotros por su gracia. El CnRYs6sToMo.
10
La mocrre de Jesu hristo se v6
vivamente representada en nosotros por
la
pane que
nos
toca de sus sufrimíc"rov