314 EPISTOLA l. DE S. PABLO A LOS CORINTHIOS.
barus : et qui loquitur , mihi
·barbarus.
12
Sic et vos,quoniam aemu–
latores estis spirituum, ad aedi–
ficationem Ecclesiae quaerite ut
abundetis.
13
Et ideo
qu~ loquitu~
lingua , oret ut mterprete–
tur.
14
Nam si orem !ingua, spi–
ritus meus orat; mens autem mea
sine fruétu est.
I
5
' ¿Quid ergo est
?
O
rabo
spiritu , orabo et mente : psal–
lam spiritu , psallam et men–
te.
I
6 Ceterum si benedixeris
spiritu ; qui supplet l.9cum
~o
tae, ¿quomodo dicet, Amen, su–
per tuam benediétionem ? quo–
niam quid dicas, nescit.
"
17 e N am tu quidem bene gra–
tias agis : sed alter non aedifi–
catur.
1
Me tendrá por un cstrangero aquel
a quien hablo , porque no me emenderá;
y
de la misma manera le tendré por un es–
-trangero , si habla en una lengua
,f!UC
yo
no entiendo.
El
CHRYSÓSTOMO.
2
Sercis b:írbaros los unos para los
otros , si hablais en lenguas que no coten–
deis
;
y
así quando deseais poseer estos
dones
y
riquezas espirituales, no sea por
vana osrcnracio , sino con
el
fin de em–
plearlos todos en cdifi8 r a los fieles.
3
E n una lengua que no entiendo, mi
corazon puede ser movido de algunossen–
timientos de
piedad, Volverse
a
DioSQ..
Esto debe servir de gran consuelo para
los que no entendiendo Ja lengua latina,
rezan
el
oficio divino con atencion
y
re–
cogimiento de cspíriw, aun quando que–
de sin el fruto propio del entendimiento
que se logra por medio de la inteligencia
de
lo que se dice, conociendo los divinos
mysrcrios ,
y
recreándose en su comem–
pla~ion.
Sinf rutiJ
1
eno es,
¿,
l~s ~J'tn
...
ra aquel a quien hablo:
y
el que
habla , lo será para mí •.
12
Así tambien vosotros', por
quanto sois codiciosos de dones
espirituales, procurad abundar en
ellos para edificacion de
la
Iglesia.
13 ·
Y
por esto el que habla
una lengua, pida la gracia de in–
terpretarla.
14
Porque si orare en unalen–
gua
3 ,
mi espíritu ora ; mas mi
mente queda sin fruto.
15 ¿Pues qué haré ? oraré con
el espíritu, oraré • tambien con
la mente : cantaré con el espíri–
tu, cantaré tambien con la mente.
16 Mas si bendixeres con el
espíritu ; el que ocupa lugar del
si::nple Pueblo
s
., ¿cómo dirá,
Amen, sobre '!u bendicion
6
? pues
que no entiende lo que tú dices.
17 Verdad es que tú das bien
las gracias :
6
mas el otro no se edi·
fica '·
tes
:
mas no excluye
el
fruto propio.
• No me contentaré con orar de co–
razon , sino que alimentaré mi espíritu
con la inteligencia de las palabras que
profiere
y
pronuncia mi lengua.
5
El
Pueblo rudo
y
simple , que no
te entiende , porque no sabe mas que su
lengua particular.
T REODORETO.
6
T . Gr.
i1f'i
Tj
,¡
,¡¡~~\""i<:f,
sobre tu,
accirm de.t'acins.
7
De estos principios
del
Santo
Após~
tol , no se sigue que
se
deben celebrar
los oficios divinos ,
y
bacer las oracione;
p{¡blicas en una lengua que sea entendida
de
todos los que asisten a ellos.
l o
que
prueba es , que los Pastores no deben
omitir diligencia para que los fieles las
entiendan ,
ya
explicándoselas
a
viva
voz ,
o
.valiéndose de otros medios que
puedan ilustrar
su
espíritu ,
y
llamar
su atencion :
y
que las exhortaciones
y
pláticp& se
han de hacer en lengua
vul¡ar. Esta
e:~
la
práélica c:onsta.ate