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Page Background CAPI.TU

LO XI.

horno ; et sic de Pane illo

edat , et de Calice bibat.

29 Qui enim manducat et

bibit indigne , iudicium sibi

mand ucat et bibit ; non diiu–

dicans Corpus Domini.

30 Ideo ínter vos multi in·

:firmi et imbecilles , et dormiunt

multi.

31 Quod si nosmetipsos di–

i udicaremus , non utique iudi–

caremur.

32 Dum iudicamur au-

tem , a Domino corripimur , ut

non curo hoc mundo damne–

mur.

33 ltaque, fratres mei, cum

convenitis ad manducandum, in–

vicem expeél:are.

..-

• Examínese cuidadosamente

y

vea si

)lalla en sí alguna cosa que-ale impida acer–

carse a este celestial convite. Acuérdese

q ue Jesn Christo no pucc4! estar donde

habita la impureza,

y

que por esta razon

quiso ser depositado despues de muerto

en un sepulcro nuevo , en donde no hu–

biese

entrado

otro cuerpo muerto sujeto a

ella. ¡O qué Jeccion para los Chrisrianos,

que con poca o ninguna preparacion ,

y

zio dexar sus malos hábitos , llegan a de–

positar en su pecho el adorable Cuerpo

del Señor! Véase el

Concil. Trident. Sus.

~~

r r. Cap. v i r.

2

Su propW juicio ,

esto

es ,

su misma

,¡ondmacion.

Antiguamente sc!'sellaban los

contratos que se hacian con la sangre de

llna vítlima que. era sacrificada;

y

los con–

trayentes se sujCtaban a ser tratados como

lo babia sido la vtél:ima en caso de·faltar a

lo pactado.

Y

en confirmacion de esto

comi.m de su carne , que era como un de–

creto que condenaba a muerte al infraél"or

del tratado. La Eucaristía es

el

sello de la

alianza entre Dios

y

Jos hombres.

El

que

]1abicndo f.·lltado a esta alianza come

la

Carne

y

bebe

la

Sangre de Jesu Christo_,

come

y

bebe

¡u

decreto

y

sentencia

de

JUUCrtc.

bre a sí mismo' ;

y

as{ coma de

aquel Pan ,

y

beba del Cáliz.

29 Porque el que come

y

be–

be indignamente , come

y

bebe su

propiojuicio"; no haciendo discer–

nimiento del Cuerpo del Señor ' ·

30 Por esto ha

y

entre voso–

tros muchos enfermos

y

flacos,

y

duermen muchos •.

3

I

Pero si nos juzgásemos a

no&otros mismos , ciertamente no

seríamos juzgados

s.

32 Mas quando somos juzga–

dos, somos corregidos del Señor

6 ,

para que no seamos condenados

con este mundo.

33 Pues,hermanos mios,quan–

do· s junt9is para comer , espe–

raos unos a otros

1.

3

Acercándose

:1.

comer estcSJ'Pan ce.–

lestial como si se sentára a una mesa Pro–

fana , confundiéndolo con los manjares

o

alimentos ordinarios

y

comunes.

+

H abla el Santo Ap6stol de aquellos

que conociendo su falta se corregian , de

lo qua! refieren varios exemplos S.

CY–

PRIANO

y

el

CnRYS6STOMO :

no de los

impenitentes , a quienes no puede co.nve–

nir Jo

gpc

dice en

el -;.

32.

s

Si

entrásemos en nosotros mismos,

y

en vista de nuestros pecados nos juz-:–

gásemos

y

castig:íscmos,nos tratada el Se–

ñor con misericordia.

El

CnRYsÓsTOMO.

6

El

Señor como Padre

y

Maestro lle–

no de misericordia nos Ca;Jiga de este mo–

do , para que h:!l:iéndonos volver sobre

nosO[ros con escos males temporales , evi–

temos por la penitencia los castigos eter–

nO'~

que enán preparados para los infieles

y

para los pecadores endurecidos.

7

Los ricos esperen

a

los pobres ¡ por–

que este es un convite de caridad en que

no debe haber dístincion de personas ; de

otra suerte podeis temer que con vuestra

dcsunion

y

desórdenes prof.1naréis la Eu–

caristÍa ; lo que indubitablemente

atraer~

sobre vosotros la c61era

y

venganza del

Señor. El Ca aysÓsT.

H 9rm"l. xZZIII.