CAPITULO VII.
CAPITULO VII.
D á varios avisos sobre el matrimonio :
y
aconseja que cada uno permanez–
ca en aquel estado en que- se hallaba quando fué llamado a la f e. V enta–
j as de la virginidad
;y
t rabajos que trae consigo el matrimonio. Se ha
de usm· de las cosas de este mundo como si
110
se usase de ellas. Esta–
do f eliz el de las viudas.
D e quibus autem scri psí–
stis
mihi
: bonum est hornini
mulierem non tangere.
2
Propter fornicationem au–
tem unusquisque suam uxorem
habeat, et unaquaeque suum vi–
rum habeat.
3
U xori • vir debitum red–
dar : similiter autem et
ux~r
virO.
4
Mulier sui corporis pote–
statem non habet , sed vir. Si–
militer autem et
v~=t
sui cor po–
ris potestatem non haber , sed
m
uJier.
5
N olite fraudare invicem,
• Habiendo consultado los de Corin–
tho al Santo Ap6swl varios puntos rocan–
tes al matrimonio
y
a la virginidad , les
responde dándoles sobre estas m::tterias
unas reglas tan santas , que hasta ahora se
ha gobernado siempre por ellas ,
y
sa
go–
bicrn.t la Iglesia
Carhólica.Bu5no seria, les
dice ,
y
cosa loable abstenerse , no solo
de
la
fornicacion , sino del matrimonio
mi~mo
, aul\quc santo
1
legítimo
y
permi–
tido por
la
Ley de Djos ; porque
así
se
qucdJri:~
en mayor libertad para ·poder
sef\•ir a Dios
y
al próximo.
~
MS.
No
tnmz~r.
t
3
MS.
Por no foruegar.
Mas
el
que
no
sienta en sí fuerzas para conservarse en
p ureza...
4
T . Gr.
'T~~
IJ'
1
m ,propio.
Esto es, un
" r. Petr. rri .
¡:
P or lo que hace a las cogas
que me escribisteis • ; bueno seria
a un hombre no tocar • muger.
2
Mas por evitar la forni–
cacion
3 ,
cada
uno
tenga
su mu–
ger ,
y
cada una tenga su
4
ma–
rido.
¡¡.
El marido pague a su mu–
ger Jo que le debe s,
y
de la misma
manera la muger al marido.
' 4
La muger no tiene potestad
sobre su propio cuerpo ,_;ino el
marido.
Y
así
mismo
el marido no
tiene potestad sobre su propio
cuerpo , sino la muger.
'
1>
5
No os defraudeis uno a
solo
y
legítimo marido. Todo este lugar
condcn! manifiesramente la polygamia,
ta11~
to en los hombres , como en las mugeres.
s
T .
G r.
T~~
G
9
ttAo;tt·.,.,.,
,v.o,cu ,
la
debida bmevoleucia.
El testimonio del
afcéto que
le
debe. Le habían consultado,
que supuesta
la
union de un hombre y de
una muger por mf):\io
de~matrimonio
, si
podia el marido tenerla
en vez
de herma–
na ,
y
no de muger ;
y
si era permitido a
la
muger separarse quando quisiese de
la
o!C:Igacion del estado matrimonial.
Y
res–
ponde diciendo , que de ningun modo,
dando la razon de esto
en
los versículos
siouienrcs.
Y
así esta respuesta no es un
cgnsejo como el de
los;,.~.
1.
y
2.
sino una
precisa
decl~racion
de
b
obligac:ion de los
casados. El
CHRYSOST •
.flomil.
x 1x .