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EPISTOLA l. DE S. PABLO A L0S CORTNTHIOS.
unus adversus alterum infletur
pro alio.
7
¿ Quis enim te discernit?
¿quid a utem habes quod non ac–
ce pisti ? Si autem accepisti,
¿quid gloria,ris quasi non acce–
peris ?
8
Iam satura
ti
estis , iam -..,
divites fa él:i estis : si ne nobis
regna tis : et
u t irram
regne–
tis , ut et nos vobiscum regne-
m us.
9
P uto enim quod Deus
nos A postolos novissimos osten–
d it, tamguam morti destinaros:
quia · speél:aculvm faél:i sumus
.r;nundo et Angelis et hornil\,'-
bus.
·
1
T .
~- ~~ol'~IJI,
a no saber
_mas de
lb
que esta escnto : pues debc1s tener
u:1os scmimientos conformes en todo a lo
que leemos en las Sagradas Escrituras; o
no debeis presumir de vosotros mismo$,
ni atribuiros orra qualidad que la de unos
simples obreros
y
Ministros que depen–
den onrcramente de su Señor , como os
1? he advertido en
lo~
que acabo de escri–
bir.
Y
así
conocereis que es una cos\ injus·
t:t
,
que
nin~nno
por respeto
a
su maes–
tro , sea este el que fuere, se ensoberbezca
contra su berm:mo.
C R R YS.
H om. x
r
r.
2
¿Quién es el que te ha hecho sobre–
salir entre tps hermanos , por esos dones,
t alemos
y
dignidl.'-1que te tienen tan so–
berbio? ¿No es Dios de
~uien
todo lo has
¡;ccibido? Pues si nada hoy tuyo , sino
q ue todo es de D ios , ¿qué mérito tienes
p:tra engreírte como si a tí solo deb' -
ras esas gracias
..y
prcrogativas?
S.
TnoM.
L ell.
1 1.
l
T odo este lugar es una continuada
ironí.t con que el Apóstol pretende humi–
ll.tra aquellos Corínthios, que creyéndo–
se sabios
y
llenos de luz , despreciaban
aun a los mismos Apóstoles de quienes
!1abian recibido los. principios de la fe.
V osotros , les dice
,
si se cree lo que de-
que uno por causa d e otro no se
ensoberbezca contra el otro ',
fuera de Jo que está escrito.
7 P or.:¡ ue ·¿ q uién te distin–
gue "' ? ¿yq uétienes rúq ue no Jo
hayas recibido?
Y
si Jo has reci–
bido , ¿por qué te glorias como
si no Jo hubieras recibido?
8
Ya estais hartos', ya es–
tais enriquecidos : si n nosotros
reynais •: y plcgue
a
Dios que
reyneis , para que nosotros rey–
nemas ta mbien con vosorros.
9
P orq ue enti endo
s
q ue Dios'
nos ha demostrado por los Últi–
mos de los A póstoles , como sen–
tenciados a mue rte: porq ue so mos
hec~os
expeél:áculo a1 mundo y a
l os.,:\ngeles y a los hombres.
(i
cís , habcis
llcg:~do
a un grado tan alto de
perfeccion, que
n. d.1
os qucd.1
que
dcse.1
estais
t.ulricos de dones sobr\!n uur.1lcs de
ciencia y de doéhin:1 , que igu<lbis a los
m.1s elev:1dos, de mancr,, que
aun
noso–
tros
mismos
tendremos necesidAd llc re–
currir a vosotros ; y por esto gohern.1ÍS
con poder absoluto la I glesia de Dios ,
y
vueHra mayor gloria es , que no r¡eceo;i–
tais de nosotros para gobernarla. Plu2uie–
se a D ios que así fuese, léjos de envidia–
ros una tal dich:l , nos holgari:lmos de
ella ,
y
nos creeri:1mos felices por vuestra
felicid 1d.
CHR YSÓsT .
Homil
,.,
r
4
T . Gr.
t
,a-.OI'AtLtm:-n,
reynasteis.
s
Vcrd:.~erameote tcndri~mos
moti–
vo de
cr
~se.lrentrar a
b.
parte de vuesrr:t
did1a , si ,·uestro estado fuern tal como
vosotros lo creeis ; porque el nuestro es
muy difereme teniéndonos
el
mundo por
l.1s
personas mas despreciables. Dice a
no–
sotros
Apóstol~s
para hacer mas viva la
ironía , como si dixera: Vosotros sois Re–
yes ; mas a nosotros aunque somos Após–
roles , en vuestra comparacion nos trara
Dios como a los hombres mas viles , ta–
Jes como son Jos que se destinan a mo–
rir en el Anfiteatro combatiendo con las
bestias.
TERTUL .
de PJtdic: Cap.
I V.