CAPITULO 111.
2
Lac vobis potum dedi, non
escam: nondum enim poteratis:
sed nec nunc quidem potestis:
adhuc enim carnales cstis.
3 Cum enim sit inter vos
zelus ct contentio;
i
nonne car–
nales estis , et secundum homi–
nem ambulatis?
4 Cum enim quis dicat: Ego
quidem sum Pauli ; alius autem,
ego Apollo ; ¿ nonne homines
estis ? ¿Quid igitur est Apollo?
iquid vero Paulus?
5
Ministri cius, cuí credi–
distis , et unicuique sicut Domi–
nus dedit.
6 Ego plantavi, Apollo
ri–
gavit : sed Deus incrementum
dedit.
7 !taque neqtie qui plantar
est aliquid, neque qui rigat : sed
qui incrementum dat, Deus.
8 Qui ' autem plantat, et qui
rigat, unum sunt •. Unusquisque
1
L a leche
son los primeros rudimen–
tos de la Doél:rina Chrisriana expuestos
con sencillez : la vianda o alimento sólido
es esta misma doél:rina ,
y
el conocimiento
de
los
mysrcrios mas sublimes , como Ja
explicacion de las figuras del Antiguo
Tes~
t:lmento , en las quales se ocultaban estos
mysterios.
Ü RIGEN.
Lib.
111.
contr.
Cels.
2.
Estais llenos de afeél:os humanos
y
carnales...
l
Que obrais por miras humanas,
y
segun el movimiento de la naturaleza cor–
rompidd.
4
T. Gr.
<
Ta.fX•lUIÍ ,
carnales.
5
T. Gr.
Ti,,
quien.
'
6
T. Gr.
;a.,.·
~ tt«KO~D•
,
$';{;y
,
sino
los Milzi.Ilros
,
pQ1'
los qua/u.
No
son
JHJS
de unos Ministros o sirvientes , que
dependen
del
que es único Señor de to–
~os:
son
P:~storcs ,
pero subordinados
al
dmt:r Obispo
y
Jlastor de las almas :
y
11
PJalm.
LXI.
13,
2
Leche os dí a beber, no vian·
da'; porqueentóncesno podiais:
y ni aun ahora podeis; porque to–
davía sois carnales
z.
3 Pues habiendo entre voso–
tros envidia y contienda ; ¿ no es
así que sois carnaJes ,
y
andais
segun el hombre ' ?
4 Porque diciendo uno: Yo
ciertamente soy de Pablo; y otro,
yo de Apolo; ¿no es claro que sois
aun hombres+ ? ¿Pues qué es
s
A–
polo? ¿o qué es Pablo?
5
Ministros de aquel
6
,
en
quien creísteis, y segun que el Se–
ñor dió a cada uno.
6 Yo planté', Apolo regó
8 ;
llids Dios
9
es el que ha dado el
crecimiento.
7 Y así ni el que planta es al-
0go 10 ,
ni el que riega ; sino Dios,
que dá
el
crecimiento.
8 Y el que planta , y el que
riega " son una misma cosa. Mas
ninguno de estos tiene alguna cosa que
sea suya; ninguno puede apropiarse
algn~
na parte de los dones de la gracia; ningu–
no pCPde vanagloriarse , puesto que tod()
lo ha recibido de arriba.
7
Predicando él primero
la
fe de Jcsu
Christo.
s
Continuó en predicaras la misma fe,
explicándoos sns
m
ysterios de una mane–
ra proporcionada a
VU(;.Ja
capacidad.
9
MS.
Di6
lif,cre:cimiento.
E l que ha
!Jecho que nuestro trabajo produxese su
fruto,
y
que se lograse ''ucsua com·er–
~·
V
éanse
S.
AGUSTIN
y
S.
TnoMAs.
Jo
.'Mas que
un
instrumento ,
de que
Dios se sirve para cumplir sus obras
y
de~
signios. Un instrumento es inútil, si
fal–
n n las manos del artífice que lo emplee
y
aplique
a
varias obras.
11
Porque no contribuye mas el
uno
que el ouo al fruto que lleva el árbol ,
y
6 Galat.
VI .
5·