CAPITULO
II.
26t
Dominum gloriae crucifixis-
sent.
9 Sed sicut scriptum est •:
Quod oculus non vidit, nec au–
ris aud ivit , oec in cor homi–
nis ascend it , quae praeparavit
D eus iis qui diligunt illum:
1
o N obis autem revelavit
D eus per Spiritum suum : Spiri–
tus enim omnia scrutatur, etiam
profunda Dei.
11
¿ Quis enim hominum
sci t quae sunt hominis , nisi
spiritus hominis , qui in ipso
est ? ita et quae D ei sunt ne–
mo cognovit , nisi Spiritus
Dei.
1 2
Nos autem non spiritum
huius mundi accepi mus , sed Soi–
ritum qui ex
De~
est; ut sc1a–
mus quae a D eo donata sunt no–
bis :
13 Quae • et lvquimur non
in doétis hurnanae sapientiae
verbis , sed in doétrina spiri-
to , nunca le hubieran crucificado por ma..
nos de los Judíos.
•
1
Las fuerzas naturales del hombre
no pueden comprchender esta sabiduría
que se conricne en la doélrina del Evan–
gelio ,
y
que Dios de toda eternidad
h:~
preparado para. la gloria de sus fie–
les.
No se vé nl prcscute lo que c.stá
promt'!i,lo de futuro.
S.
·~-hERONY~r.
Epi.rt.C KLVI
r r.
, Envi:tndole a los Apóstoles
y
a los
primeros fieles.
3
MS.
E
/_,u
porid:ules de D ios.
El
E spíritu
s~mto
,
verdadero Dios como
el
P .•drc
y
el
Hijo, penetra los secreros de
Dios los mas impenetrables ,
y
que exce–
den rod.t
la
comprehcnsion
y
capacidad
de los hombres ,
y
al mismo tiempo hace
capaces de ellos a los que alwnbra con
Sil
4
Js<Ji.
LIJV.
4•
nunca hubieran crucificado al Se–
ñor de Ja gloria.
9 Antes como está escrito:
Que ojo no vió , ni oreja oyó , ni
en
coraz.onde hombre subió , Jo
que preparó Dios para aquellos
que le aman ':
10
Mas :Pios nos lo reveló a
nosotros por su Espíritu
2
;
por–
que el Espíritu lo escudriña todo,
aun las profundidades de Dios;.
11
Porque ¿quién de los hom- ·
bres sabe las cosas del hombre •,
sino
el
espíritu
del
hombre, que
está en él ? así tampoco nadie co–
noció las cosas de D ios, sino el Es–
píritu de D ios.
.! 2
Y nosotros no hemos reci–
bí&"o el espíritu de este mundos,
sino el E spíritu que es de Dios;
,para que
conoz.carnos
las
cosas
que Dios nos ha dado :
13 Loqual
6
tambien.;:anuncia–
mos no con doétas palabras de hu–
mana sabiduría , sino en doétrina
luz. E sto prueba evidentemente
la
D ivi–
nidad del Espíritu Santo comra los .Mace–
doniar:Ds. E sTro.
4
Sus pensamientos
y
designios , Jos
movimientos interiores
y
ocultos del co–
razon humano.
s Que solo
dá
el conocimiento de las
cosas del mundo , o una f.tlsa sabiduría,
que es incapaz de
pen~..:
tr
los mysrcrios
y
designios
de
Dtos.
6
Y
así exponemos
y
prcdic:~mos
es–
ta
sublime sabidurí:t
del
Evangelio , no
('rii
palabras artificiosas de la cloqiiencia
humana, sino con
la
que
nos diéb inte–
riormente el mismo Divino Espírim, rra–
f:lndo una materia qlle es roda espiri–
tual
de una manera scnciUa
y
confor–
me al Espíritu de Dios. S.
TaOMAS
L dl.
IIJ.
11
II.
Pn;-. r.
x6.