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EPISTOLA DE S. PABLO
A
LOS ·ROMANOS.
15
"Moysi enim· d icit : Mi·
serebor cuius miserear : et mise–
rkordiam praestabo cuius mise–
rebor.
16
l gitu r non volentis, ne–
que
currencis , sed miserentis est
D ei.
17
D icit enim Scriptura Pha–
raoni : Q uia in hoc ipsum ex–
citavi te, ut osteodam i n te vi r–
tutem mea m: et ut annuntietur
nomen meum in universa terra.
18 Ergo cuius vult mise-
r etu r
et quem vult indu-
rat.
19 Dicis itaque mihi: ¿Quid
adhuc quaeritur? ¿voluntati enRn
eius quis resistir?
20
¿O horno , tu quis es,
qui respondeas D eo •? ¿Num-'
""'""
•
Exod. :rxrrrr.
19.
Dcspues que
los Israelitas cayeron en una idol:ltría tan
abominable quando adoraron el becerro
de oro ,
y
quando no habia ni uno solo
que no mereciese el castigo de Dios por
semejante abominacion , dice el Señor a
M oysés:
Har¿ mi.uricordia
...
De la mis–
m a m.mcra siendo todos los hombrc!i.> reos
de eterna condenacion por el pecado de
Adam; aquellos que D ios libr.1 , los libra
por sola su misericordia , al paso que excr–
ce su justicia con los que no libr:t:
y
esto
depende enteram.cme de su voluntad , sin
que ninguno pucef-'arguii!.r
~
injusticia.
2
MS.
D e querieut ,
ui de
corricmt.
3
Esta
es
una alusion a E saú , que aun–
que deseó
la
bendicion de su ppdre ,
y
vi–
no apresurado de la caza par:t conscguir'b,
esto no obstante se quedó sin ella ,
y
fué
prevenido por J acob, a quien D ios habia
escogido
y
preferido. Puede tambien ha–
cer alusion a los Atbletas, que corrian en
Jos Circos para llevar el premio.
Es
cierto
que solamente los que corren
y
los que
t.Iuieren , son los que llevan el premio de
15
Porque a Moysés dice!
Tendré misericordia de aquel
a
quien quiero hacer merced: y ha–
ré misericordia a aquel de quien
quisiere tenerla'.
16
Luego no es del que quie–
re , ni del
que ~
corre
3 ,
sino que
es de Dios que tiene misericordia.
17
Porque dice la Escritura a ·
Pharaon • : Para esto mismo te le–
vanté, pa ra mostrar
en
tí
mi po–
der: y que sea anunciado mi nom–
bre por toda la tierra.
18 Luego tiene misericordia
de quien quiere, y al que quiere
endurece s.
· 19 Pero me dirás : ¿Pues dé
qué se queja?
por~ue
¿quién re–
sis?e a su voluntad ?
· ·
20
O horrf<>re, ¿quién eres tú,
para altercar con Dios
7
?
¿Por ven-
Ja
g~ia
eterna : mas esta buena voluntad
y-~~
carrera ; esto es , la caridad,
las
bue–
nas obras , la perseverancia en todo esto,
y
la preparacion de
la
gloria , son efeél:os
de
la
misericordia de D ios toda gratuita.
4
Exod.
Iz.
16.
L a E scritura ,
esto
es,
Dios dice
a
Pharaon, segun Jo testi–
ñca la E scritura.
s
A
quien en castigo de sus pecados
abandona a la mala inclinacion de su co–
razon. D e donde se sigue , que Jo que de–
beria moverle como las exhortaciones , cas..
rigos
y
aun
1~'>
milagros , solo sirven para
endurecerle mas. Pt!ro
obdurntio D ei est
uolle 1nisrreri.
S.AuG.
iu
Io.nm. Tr.
LlT.
6
E sta es una objecion gue hace S.
PA–
BLO
en la boca de un ] ud1o obstinado e
ignorante. Si es verdad que Dios ha aban–
donado nuestra nacion a la incredulidad,
y
no ha querido llamarla eficazmente a la.
fC
de Jesu Christo;y porotra parte no hay
quien pueda resistir, ni oponerse a su volun
7
tad , ¿por qué se queja de nuestra incredU–
lidad , como si dependiera de nosotros?
1
Mas¿ quién eres tú, o hombre, que
n
Sapi~nt. ~v.
7·
I.sn.i.
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9·
I~nm.
XVIII.
6.