CAPITULO VIII.
213
· 28
Y
sabemos tambien, que a
los que aman a Dios, todas lasco–
sas les contribuyen al bien', a
aquellos que segun su decreto
son llamados santos •.
28 Scimus autem quoniam
diligentibus Deum omnia coope–
rantur in bonum , iís qui se–
cundum propositum vocati sunt
sanéti.
29 Nam quos praescivit, et
praedestinavit conformes fieri
imagi nis
Fi~ii
sui, ut sit ipse
primogenitus in multis fratri–
bus.
30 Quos autem praedestina–
vit, has et vocavit: et quos vo–
cavit, has et iustificavit: quos
autem iustificavit, illos et glo–
rificav it.
31 ¿Quid ergo dicemus ad
hace ? Si Deus pro nobis , quis
contra nos?
"
32 Qui
etiam~proprio
Filio
suo non pepercit , sed pro no–
bis omnibus tradid;,t illum: ¿qua–
modo non etiam cum illo omnia
nobis donavit?
.
~
33 ¿Quis accusabit
adve~
eleélos Dei ? Deus qui iustifi-
cat,
29 Porque los que conoció en
su presciencia
3 ,
a estos tambien
predestinó, para ser hechos con–
formes a la irnágen desu Hijo, pa–
ra que él sea el primogénito entre
muchos hermanos •.
30 Y a los que predestinó, a
estos tambien llamó
s :
y
a los que
llamó, a estos tambien los justifi–
có
6
:
y a los que justificó, a estos
tambien los glorificó
7 •
31 ¿Pues qué diremos a estas
c<Jsas? Si Dios está por nosotros,
¡quién será contra nosotros
8
?
3
32 El que aun a su propio Hi–
jo no perdonó, sino que lo entre–
gó • por todos nosotro'- ¿cómo
no nos donó tarnbien con él '
0
todas las cosas?
33 ¿Quién pÓndrá acusacion
contra los escogidos de Dios
~
D ios es el que justifica",
~
• Porque D ios hace que todo coopere
a su adelantamiento en la virtud. Aun sus
mismos defcél-os contribuyen a que sean
mas sanros, haciéndolos mas humildes.
:;¡
Este decreto es la cleccion que Dios
ha hecho de ellos de roda et¡rnidad.
3
Con un conocimiento de elcccion
y
de amor en su
prescieucia.
Christo es ca–
beza
y
excmplar de los
predestinados
;
y
quiere Dios que todos le sean conformes,
primero en los sufrimientos de la cruz ,
y
despues en la gloria de su Resurrcccion
y
de su Rcyno. Véase
SANTO
TnoMAS ,
que
·explica
el
6rden di! los
D ecretos
por la
doéhina de
S.
AGUSTIN.
4
No solo por la semejanza de nuestra
~a~~~~;~~a ~o~i~~s~atl~~i~: r,~;ci'~~~cr
co-
4
~
s
A
la fe ,
haciendo
que
la obedezcan
y
la cumplan.
6
QDándoles la gracia santificante
y
el
don de la perseverancia, que es la justifi–
cacion pcrfeéh
y
consumada de Jos fieles.
7
Haciéndolos participantes para siem·
pre de la gloria de Jcsu Christo , que
es
su Cabeza
y
Hermano Mayor.
8
Si Dios swtecla
e esta suerte por
nosotros, ¿qué tenemos que temer?Si Dios
nos ha puesto en el número de sus esco–
gidos , ¿quién nos despojará de esta dicha?
• A la muerte por la cxpiacion de los
pecados de todos nosotros.
10
E l que nos ha concedido la mayor
de todas las gracias , que es la de haber
entregado
a
su propio Hijo
a
la muerte
por nosotros , ¿c6mo nos podrá reusar nin–
guna otra ,
y
mas
la
de
nuestra salvacion,
.sin la qual rodas las dcmas nos serian
iD–
útiles? El
T. Gr.
X«91UJTcq ,
donará.
· •
" Si
Dios ,
que es el soberano Ju·ez,