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208

EPISTOLA DE S.PABLO A LOS ROMANOS.

vante m me

in

lege pecqti, quae

est in membris meis.

24 ¡Infelix ego horno ! ¿Quis

me li berabit de corpore mortis

huius?

25

Gratia D ei per I esum

Christum Dominum nostrum.

I gitur ego ipse mente servio

Legi Dei ; carne autem !egi

reccati.

'

~

D e este cuerpo mortal

y

carnal.

, ,

No la naturaleza , no la Ley de

M oysés , sino la gracia de D ios por los

méritos de Jesu Chrisro , será

Ja

que

li–

bre mi alma de la ty ranía de la concupis–

cencia , que excita en mí

movimie~tos

e

esclavo a la ley del pecado, que

está en mis miembros.

24 ¡Qué hombre miserable

soy yo'! ¿Quién me librará del

cuerpo de esta muerte?

· 25 La g racia de Dios • por Je–

su Christo nuestro Señor. Luego

yo mismo con el espíritu sirvo a

la Ley de Di os; y con la carne a

la ley del pecado.

p erniCiosos

y

deseos. T. Gr.

t~)flfplt;>cJ'

.,.–

-3-t~,

gracias doy a D ios.

Gracias a Dios

que esta libertad me vendrá por los méri–

tos de Jesu Christo. Por esta

doéhina

es–

tablecen los PP. Griegos

y

Latinos

la

ne–

cesidad de la gracia intcriorcontraPelagio.

C A P

1

T U

L

O V I I I.

(

<-

D e la seguridad de los que son miemb1·os de Christo

,

JI

los frutos del

Esp~•

S anto

m

ellos. De la espermzza. D e., la paciencia en

la

Cruz. D el amor entre D ios

JI

sus hijos. De su predestinacion.

r Nihil ergo nunc damna–

tionis est iis, qui sunt in

Chri–

sto Iesu , qui non secundum car-

nem ambulant.

e,

2

Lex

enim

spiritus vitae

i n Christo Iesu liberavit me a

lege peccati et mortis.

3 N am quml ill}pgssibile erat

Legi, in q!j¡ol infiri'tlabatur per

carnem ; D eus Filñfm suum mit-

z Que se han unidd a Jesu Christo

por la fe

y

por la car!dad. En estos no se

halla nada que sea digno de condenacioo,

porque la concupiscencia no los domina.

Es verdad que no están libres de ella en–

teramente , porque como viven todavía,

~sienten

sus movientes; mas

no

son

culpa-

bles, miéntras no se vayan en pos de elJ';\

/

r Pues ahora nada de con- –

d enacion tienen los que están en

Jesu Christo', los quales no an–

dan segun la carne.

2

Porquela L ey del espíritu"

de vidaenJesu Chr_isto,me libróde

l a ley del pecado y de la muerte •.

3

Po~que

lo que era imposi–

ble a la Le y, en quanto era debi–

litada por la carne; enviando D ios

por un libre consentimiento de la volunt.

tad. S.Auc.

contr. Iulian.

L t'b.u.

Cap.

:r.

2

Porque la Ley del Evangelio que es

espiritual, dá la verdadCra vida.

3

Me ha librado de la maldicion de la

Ley , que ocasionalmenre causa el peca–

~do

,

y

la muerte del alma. Y me hace vert–

cedor de la concupiscencia por

la

gracia/