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EPISTOLA DE S.PABLO A LOS ROMANOS.
vante m me
in
lege pecqti, quae
est in membris meis.
24 ¡Infelix ego horno ! ¿Quis
me li berabit de corpore mortis
huius?
25
Gratia D ei per I esum
Christum Dominum nostrum.
I gitur ego ipse mente servio
Legi Dei ; carne autem !egi
reccati.
'
~
D e este cuerpo mortal
y
carnal.
, ,
No la naturaleza , no la Ley de
M oysés , sino la gracia de D ios por los
méritos de Jesu Chrisro , será
Ja
que
li–
bre mi alma de la ty ranía de la concupis–
cencia , que excita en mí
movimie~tos
e
esclavo a la ley del pecado, que
está en mis miembros.
24 ¡Qué hombre miserable
soy yo'! ¿Quién me librará del
cuerpo de esta muerte?
· 25 La g racia de Dios • por Je–
su Christo nuestro Señor. Luego
yo mismo con el espíritu sirvo a
la Ley de Di os; y con la carne a
la ley del pecado.
p erniCiosos
y
deseos. T. Gr.
t~)flfplt;>cJ'
.,.–
-3-t~,
gracias doy a D ios.
Gracias a Dios
que esta libertad me vendrá por los méri–
tos de Jesu Christo. Por esta
doéhina
es–
tablecen los PP. Griegos
y
Latinos
la
ne–
cesidad de la gracia intcriorcontraPelagio.
C A P
1
T U
L
O V I I I.
(
<-
D e la seguridad de los que son miemb1·os de Christo
,
JI
los frutos del
Esp~•
S anto
m
ellos. De la espermzza. D e., la paciencia en
la
Cruz. D el amor entre D ios
JI
sus hijos. De su predestinacion.
r Nihil ergo nunc damna–
tionis est iis, qui sunt in
Chri–
sto Iesu , qui non secundum car-
nem ambulant.
e,
2
Lex
enim
spiritus vitae
i n Christo Iesu liberavit me a
lege peccati et mortis.
3 N am quml ill}pgssibile erat
Legi, in q!j¡ol infiri'tlabatur per
carnem ; D eus Filñfm suum mit-
z Que se han unidd a Jesu Christo
por la fe
y
por la car!dad. En estos no se
halla nada que sea digno de condenacioo,
porque la concupiscencia no los domina.
Es verdad que no están libres de ella en–
teramente , porque como viven todavía,
~sienten
sus movientes; mas
no
son
culpa-
bles, miéntras no se vayan en pos de elJ';\
/
r Pues ahora nada de con- –
d enacion tienen los que están en
Jesu Christo', los quales no an–
dan segun la carne.
2
Porquela L ey del espíritu"
de vidaenJesu Chr_isto,me libróde
l a ley del pecado y de la muerte •.
3
Po~que
lo que era imposi–
ble a la Le y, en quanto era debi–
litada por la carne; enviando D ios
por un libre consentimiento de la volunt.
tad. S.Auc.
contr. Iulian.
L t'b.u.
Cap.
:r.
2
Porque la Ley del Evangelio que es
espiritual, dá la verdadCra vida.
3
Me ha librado de la maldicion de la
Ley , que ocasionalmenre causa el peca–
~do
,
y
la muerte del alma. Y me hace vert–
cedor de la concupiscencia por
la
gracia/