CAPITULO VII.
nescicbam, ms1 Lex diceret •:
Non concupisces.
8 Occasione autem accepta,
peccatum per mandatum opera–
tum est jn me omnem concu–
piscentiam. Sine Lege enim pec–
catum mortuum erat.
9 Ego autem vivebam si–
ne Lege aliquando. Sed cum
veniss~t
mandatum, peccatum
revixit.
10
Ego autem mortuus sum:
et inventum est mihi manda–
tum, quod erat ad vitam , hoc
esse ad mortem.
I I
N am peccatum , occasio–
ne accepta per mandatum , se–
duxit me , et per illud occidit.
I 2
Itaque • Lex quidem s:¡n–
éta ; et mandatu'» sanétum et
iustum et bonum.
13 ¿Quod ergo bonum est,
mihi faétum est
~ors?
Absit.
Sed peccatum , ut apparea . pec–
catum , per bonum
oper~
est mihi mortem: ut fíat supra
1
No quiere decir
ct
Ap6stol que los
hombres no tuviesen algun conocimiento
del pecado
-á
mes de la Ley Escrita
1
si–
no solamente que hay muchas faltas , que
l os hombres no tenian por pecados ántes
que la Ley se las hubiera hecho conocer
prohibiéndolas. Tales son los malos de–
:;eos. Véase
S.GBROlJ,
Ep.'ld Algasiam.
,.
La concupiscencia irritada por la
prohibicion de la Ley.
3
Como adormecido ;
y
por esto
el
hombre sin remordimiento alguno se
~n
trcgaba a sus malos deseos; porque no co–
nocía la injustÍcia
y
malicia que
se
oculta–
ba
en ellos.
P ecado
por
concupiscencia.
4
Porque obraba sin remordimicoro
de conciencia , no conociendo el estado
funesto de muerte a que me reducia el
pe~
cado.
1-hbb
en persona de su N acion.
.
~ "' E~·od.
:xx.
17.
D cuttr. v.
19.
nocia la concupiscencia, si la Ley
no d ixera : N o codiciarás '.
8 Y el pecado , tomando
ocasion por el mandamiento.,
obró • en mí toda concupiscen–
cia : porque sin la L e
y
el peca–
do
l
estaba muerto.
9 Y
yo
vivía sin Ley • en
algun tiempo : mas quando vi–
no el mandamiento , revivió el
pecado.
10
Y
yo
he sido muerto:
y •
el mandamiento que me era pa–
ra vida , fué hallado serme para
muerte s.
11
Porque el pecado
6 ,
toman·
do ocasion del mandamiento, me
en_zañó,
y
por él me mató.
12
Y así la Ley en verdad
es santa
7 ;
y
el mandamiento
santo
y
justo
y
bueno
8 •
13 ¿Luego Jo que es-!weno se
ha hecho muerte para
'il'ir• ?
No
por cierto : sino que el pecado,
para mostrarse pecado, engendró
en mí la muerte por el bien : a fin
s Habiéndose rebelado mis pasiones
con oyuion del mandamiento , merecí la
muerte eterna por una transgresion mani–
fiesta de
la
Ley.
S.Auo.dt:
Ver. Rei.C.v1.
6
Esta maligna inclinacion al pecado
irritándose mas con la misma prohibicion,
me
hizo insensiblemente consentir en que–
brantar la Ley,
y
me 4fiarrc6 la pena de
muerte por el \WI.smo mandamiento , que
descubriéndome
el
mal del pecado ,
y Ja
obligacion que tenia de evitarle, solo sir–
vi6 para que le cometiese
c~n
mayor ma–
licia
1
y
con
mayor
despreciO
de la Ley.
7
Es santa
y
pura en sí misma.
B
N
0
m,mda al hombre cosa que no
sea
justa
y
conforme
a la
reéb razon.
'
9
Esta es una objecion que se propó-
11e
el Ap6stol sobre lo mismo que acabl
de decir
1
que la
Ley
es Sant4:
1¡
z. Timoth. r.
8.