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EPISTOLA DE S. PABLO A LOS ROMANOS.

6

Hoc scientes, quia vetus

6

Sabiendo esto,que nuestro

horno noster simul crucifixus

viejo hombre ha sido crucificad o

est, ut destruatur corpus pec- juntamente con él, para que sea

cati , et ultra non serviamus

destruído·el cuerpo del pecado,

y

peccato.

no sirvamos ya mas al pecado ' .

7 Qui enim mortuus est,

7 Porq ue el que es muerto,

iustificatus est a peccato.

libre está del pecado •.

8 Si autem mortui sumus

8 Y si somos muertos con

cum Christo : credimus quia..si- Christo : creemos ,que junta·-

mul etiam vivemus cum Chri- mente viviremos tambien coa

sto :

Christo • :

9 Scientes quod Christus

9 Ciertos

4

que habiend\'

resurgens ex mortuis iam non

Christo resucitado de entre los

moritur ; mors illi ultra non do- muertos ya no muere ; la muer-

minabitur.

te no se enseñoreará mas de él.

10

Quod enim mortuus est

10

Porque en quanto al haber

peccato , mortuus est semcl :

muerto por el pecado, murió una

guod autem vivit, vivit Deo. e

vez

s

:mas en quanro al vivir, vi–

ve

vara

Dios

6 •

1 1

Ita et vos existimate

vos mortuos quidem esse pec–

cato , ·v ..entes autem Deo in

Christo I esu Domino nostro.

12

Non ergo reg net pecca–

tum in vestro mortali corpo-

Christo, como 1o es la pua que se inxerta

en el tronco, para morir

y

para resucitar,

como

él

y

con

él ,

segun queda e:fe-

rido. ,

·

1

S.

P ABL O

distingue en nosotros dos

l1ombres ,

eJ

viejo

y

el nuevo.

El hombre

vieJo ,

que llama tambien

el cuerpo del

p~:cado

,

es la concupiscencia , principio fu–

nesto de toda suer5P::de

pe~dos

,

y

lla–

m:tdo por esta razlfñ

el ctlf()'po del peca–

do.

Y

como esta concupiscencia exerce

l

)rincipalmente su

imper_io

po~

m7dio de

os senridos

y

de las pas1ones , valiéndoSE)

del ministerio del cuerpo ; por esta razon

J esu Christo,

s~gun

S.

PABLO ,

cmcificó

juntamente consigo

nuestro hombre vieJo;

porque su carne, semejante exteriormente

a la nuestra , aunque muy santa

y

muy

pura , representaba sobre la cruz nuestro

cuerpo inficionado por

la

concupiscencia,

manifestando que

lo

crucificaba

en

nuestro

nombre.

1

r Así tamhien vosotros consi–

' deráosque estaisde cierto muertos

al pecado, pero vivos para D ios

en nuestro Señor Jesu Christo.

l :?.<:('Por tanto no reyne el pe–

cado

1

en vuestro cuerpo mor-

i

E l

que

ha muerto por el Bautismo,

no está ya debaxo de

la

servidumbre del

pecado. Un esclavo quaodo muere queda

libre

de

la

esclavitud en

que

estaba.

3

Con la nueva vida de

Ja

gracia.

4

MS.

Sabientes

,

que Christo resu–

citnnte.

5

Porque

~codo

de infinito precio el

mérito de su muerte, bastó que muriese

una vez para destruir al pecado.

6

Mas en quanro

~

la vida que tiene

ahora despues de

&U

R esurreccion , vive

para Dios : vive una vida roda divina, in–

mortal

y

gloriosa.

1

Por el pecado se entiende aquí

y

mas adelante

la

concupiscencia , esto es ,

Ja

inclinacion violenta que tenemos

a

amar–

nos , a referirlo todo a nosotros , a anúr

a

las criaturas por sí mismas ,

a

buscar en

ell:ls,

y

no en Dios nuestra felicidad.

S.A~

P ABL O

la

llama

pecado,

porque viene

del

pecg,do ,

y

nos inclina

a

él.