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EPISTOLA DE S. PABLO A LOS ROMANOS.
sius
salvi erimus ab ira per
p su m.
10
Si enim cum inimici es–
semus , reconcili atl s umus Deo
p e r mortem fi lii eius ; multo
rnagis reconcilia
ti,
sal vi erimus
in
vita
i
psius.
I I
Non sol um autem; sed
et gloriamur in D eo per Do–
minum nostrum lesum Christum,
per quem nunc reconciliationem
accepi mus.
1 2
Propterea sicut per unum
h om ine m peccatum in hunc
mu nd um intravit , et per pec–
ca tum mors ; et ita in omnes
homines mors pertransiit
~n
quo omnes peccaverunt.
<
13
U sque ad Legem . enim
peccatum e rat i n mundo: pec–
catum autem non imputabatur,
cum L""'non esset.
14
Sea
regnavit mors ab
Ada m usque ad M oysen etia m
in eos qui non peccaverunt
in simili tudinem praeva rica tio–
n is Adae , qui est forma fu-
turio
serémos sal
vos
de la ira por
él mismo'.
10
P o rquesi siendo enemigos
fuimos reconciliados con Dios por
la muerte de su Hijo; m ucho mas
estando ya reconc iliados , seré–
mos salvos por su vida.
I 1
Y no tan solamente esto;
mas nos g·loria rnos tambien en·
Dios • por nuestro Señor Jesu
Christo, por quien ahora hemos .
recibido la reconciliacion.
12
Por tanto así como por
un hombre entró el pecado en
este mundo '
y
por el pecado la
muerte; así cambi en pasó la muec–
te' a todos Jos hombres por aque1
en quien todos peca ron
3 •
n3
Porque hasta la L ey el
peéado estaba('en el mundo : mas
no era imputado pecado quando
no había L ey
4.
14
E sto n'&'Obstante rey nó la
mue~desde
Adam hasta Moy sés,
aun en aquellos q ue no habían pe–
cado c on una transgresion seme–
jante a la de Ada m
s ,
el que es fi–
gura
6
de aquel que había de venir.
~,.-.___;
1
Si Christo murió por nosotros quan–
do aun éramos enemigos de D ios , ¿quán–
ro mayor moti\'0 tend remos ahora , que
l1emos sido justificados por el precio infi–
nito de su sangre
1
~lc
espera¡: que por los
méritos 'Ciel
mism~
nos ptii5ervará D ios de
ln
condenacion eterna , que es el último
eteélo de su ira sobre Jos pecadores?
2
Nos prometemos
y
hacctnos a!:tr(/e,
que D ios nos lo dará todo
por los méritos
de
J
esu
Chri~to
, que es
el
mas firme fun–
d amento
de
csr;~
grande
confi;~nza.
3
Aquí
queda suspenso el sentido por
\111
parémhe~is
hasta
el ').~.
18 .
que aca-
bar:\ b
comp:uacion.
4
El
pecado no
era
imputado
a
los
hom?rcs
como
una rransgrcsion
y
un
des–
preciO formal de Ja voluntad de D ios ,
qu8
les hubiese sido declarada por la imposi–
cion de pena determinada ; pero era casti–
gado con pena eterna como efeéto de la
voluntad corr.s.,mpida. Los J udíos
a
quie–
nes D ios
hab~dcclarado
su voluntad , ·ha..
biéndolcs dado
una L ey
Escrita
y
penal,
eran ndemas prevaricadores
y
transgresores,
quando desobedecian a esta
Ley.
l\1as los
infieles quando hacian lo que condena
la
reéb razon , eran
casri~ados
como viola–
dores de la Ley Natural :
y
oo como
transgresores de
\lna
Ley penal , que los
sujet3se
a
castigos legales
y
derenninados.
s Como los niños , c¡ue solo tenian
el
pecado original ,
y
Jos otros hombres , los
quales aunque reos , no lo eran como
Adam. S.
AuG.'dt! B npt. pnrv. L .r. C. ri.
6
D e
J
esu Christo ; a qqien S.
r
ABLO