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196

EPISTOLA DE S. PABLO A LOS ROMANOS.

sius

salvi erimus ab ira per

p su m.

10

Si enim cum inimici es–

semus , reconcili atl s umus Deo

p e r mortem fi lii eius ; multo

rnagis reconcilia

ti,

sal vi erimus

in

vita

i

psius.

I I

Non sol um autem; sed

et gloriamur in D eo per Do–

minum nostrum lesum Christum,

per quem nunc reconciliationem

accepi mus.

1 2

Propterea sicut per unum

h om ine m peccatum in hunc

mu nd um intravit , et per pec–

ca tum mors ; et ita in omnes

homines mors pertransiit

~n

quo omnes peccaverunt.

<

13

U sque ad Legem . enim

peccatum e rat i n mundo: pec–

catum autem non imputabatur,

cum L""'non esset.

14

Sea

regnavit mors ab

Ada m usque ad M oysen etia m

in eos qui non peccaverunt

in simili tudinem praeva rica tio–

n is Adae , qui est forma fu-

turio

serémos sal

vos

de la ira por

él mismo'.

10

P o rquesi siendo enemigos

fuimos reconciliados con Dios por

la muerte de su Hijo; m ucho mas

estando ya reconc iliados , seré–

mos salvos por su vida.

I 1

Y no tan solamente esto;

mas nos g·loria rnos tambien en·

Dios • por nuestro Señor Jesu

Christo, por quien ahora hemos .

recibido la reconciliacion.

12

Por tanto así como por

un hombre entró el pecado en

este mundo '

y

por el pecado la

muerte; así cambi en pasó la muec–

te' a todos Jos hombres por aque1

en quien todos peca ron

3 •

n3

Porque hasta la L ey el

peéado estaba('en el mundo : mas

no era imputado pecado quando

no había L ey

4.

14

E sto n'&'Obstante rey nó la

mue~desde

Adam hasta Moy sés,

aun en aquellos q ue no habían pe–

cado c on una transgresion seme–

jante a la de Ada m

s ,

el que es fi–

gura

6

de aquel que había de venir.

~,.-.___;

1

Si Christo murió por nosotros quan–

do aun éramos enemigos de D ios , ¿quán–

ro mayor moti\'0 tend remos ahora , que

l1emos sido justificados por el precio infi–

nito de su sangre

1

~lc

espera¡: que por los

méritos 'Ciel

mism~

nos ptii5ervará D ios de

ln

condenacion eterna , que es el último

eteélo de su ira sobre Jos pecadores?

2

Nos prometemos

y

hacctnos a!:tr(/e,

que D ios nos lo dará todo

por los méritos

de

J

esu

Chri~to

, que es

el

mas firme fun–

d amento

de

csr;~

grande

confi;~nza.

3

Aquí

queda suspenso el sentido por

\111

parémhe~is

hasta

el ').~.

18 .

que aca-

bar:\ b

comp:uacion.

4

El

pecado no

era

imputado

a

los

hom?rcs

como

una rransgrcsion

y

un

des–

preciO formal de Ja voluntad de D ios ,

qu8

les hubiese sido declarada por la imposi–

cion de pena determinada ; pero era casti–

gado con pena eterna como efeéto de la

voluntad corr.s.,mpida. Los J udíos

a

quie–

nes D ios

hab~dcclarado

su voluntad , ·ha..

biéndolcs dado

una L ey

Escrita

y

penal,

eran ndemas prevaricadores

y

transgresores,

quando desobedecian a esta

Ley.

l\1as los

infieles quando hacian lo que condena

la

reéb razon , eran

casri~ados

como viola–

dores de la Ley Natural :

y

oo como

transgresores de

\lna

Ley penal , que los

sujet3se

a

castigos legales

y

derenninados.

s Como los niños , c¡ue solo tenian

el

pecado original ,

y

Jos otros hombres , los

quales aunque reos , no lo eran como

Adam. S.

AuG.'dt! B npt. pnrv. L .r. C. ri.

6

D e

J

esu Christo ; a qqien S.

r

ABLO