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EPISTOLA DE S. PABLO A LOS ROMANOS.
7 Si e"nim veritas Dei in
7 Porque si la verdad de
meo mendacio abundavit in
Dios por mi mentjra creció a glo-
g loria m ipsius: ¿quid adhuc .et ria suya; ·¿por qué soy yo
toda~
ego tamquam peccator iudicor?
vía juzgado com<;> peca_dor
1
?
8
Et non , sicut blasphe-
8 Y
no
z
,
como somos de-
mamur ,
et
sicut aiunt qui- nostados , y como algunos di-
dam nos dicere , faciamus
m
a- cen
3 ,
que decimos nosotros, que
la ut veniant bona : quowm hagamos males , para que vengan
damnatio iusta est.
bienes :
4
la condenacion de los
9
¿Quid ergo ? ¿ praecel–
limus eos? Nequaquam •. Cau–
sati enim sumus ludaeos et
Graecos orones sub peccato es-
se ,
10
Sicut scriptum est • : Q.uia
non est iustus quisquam :
II
Non est intelligens, non
est requirens D eum.·
#
quales es justa s.
.
9
Pues qué ¿tenemos noso–
tros alguna ventaja
6
sobre ellos :
E n ninguna manera. Porque ya
hemos convencido que Judíos
y
G éntiles están debaxo de pecado •
· IO
Así como está escrito
7:
No hay ninguno justo
8 :
2 I
No hay quien entienda,
no hay quien l!lusqúe a Dios.
~
ráél:cr de Juez supremO de los hombres
como lo es.
~
Esta es una continuacion del falso
razonamiento del
*.
5. Si mi error , mi
mentira
y
mi infidelidad miran derecha–
mente a dJ.r gloria a D ios , puesto gue así
hace alarde de su justicia
y
de su verdad;
¿por qué razon soy y o juzgado como reo
y
como pecador?
•
2
Sigue el Ap6stol respondiendo a los
J ud.íos ,
y
haciendo ver que lo que impu–
tan ellos a los C hristianos es una conse–
qiicncia necesaria del razonamiento del
verso precedente. El sentido es este : Si
Dios no 9s
dcb~Jastigq¡_"l:'~or
vuestra in–
credulidad
1
porque de ella le resulta glo–
xia, se sigue de aquí que no debe castigar
ningun pecado ; porque
n~ ~hay n~ngl!n.o
que no sirva par=r. hacer bnllar su
JUSf'kta
y
su misericordia :
y
por consiguiente que
debemos pecar mas y mas, sin hacer caso
del castigo , puesto que quanto mas peca–
rémos , tanto mas conúibuircmos a su glo–
ria. Esta conscqiiencia tan perniciosa , que
n ace de vuestro principio
1
es
el
mismo
error que vosotros con tanta injusticia im–
purais a los Christianos como una m:í.xima
o G nlnt. r r r.
:u.
muy
ab~inabit="'y
asÍ. no la podeis sos–
tener
~caer
en el mismo error de que
los acusais.
3
Pretendiendo que esta es nuestra
doéh ina ,
y
que la sostenemos como ver–
dadera.
4
¿Por qué no multiplicamos pecados,
para que de esta multiplicacion resulte
a
Dios mayor gloria?
5
Estos que nos calumnian t:m
i~us
tamenre
1
y
que forman unos discursos
ran impíos , merecen ser condenados jus–
tamente.
6
¿NosoR los J udíos tendremos al–
guna vcnraja mas que los Gentiles en
la
verdadera justicia
y
dignidad delante de
D ios? De ninguna manera. , responde el
Apóstol ; porque todos sin excepcion so–
mos esclavos del pecado. \ Téanse los Ca–
p ítulos precedentes ,
y
los
i].~.
1.
5. del
presente.
1
El Apóstol sigue la version de los
Setenta.
8
Texto Griego
'&J't
ti~ ,
ni uno:
No
hay
uno que no sea pecador , o p9r
su
propia .accion , o por el vicio de su orí–
gen.
ú
Ps_a!tJ;.
~I
1
r.
.3·