C A PITULO l.
ava ritia , nequitia ; plenos
in–
vidia , homicidio , contentio–
ne , dolo, malignitate , susurro–
nes,
30 D etraétores , Deo odi–
biles , contumeliosos , superbos,
elatos , inventores malorum, pa–
rentibus non obedientes ,
31 Insipientes , incomposi–
tos, sine affeétione , absque foe–
dere , sine misericordia.
32 Qui cum iustitiam D ei
cognovissent , non intellexe–
runt , quonia m qui talia a–
gunt , digni sunt morte : et
non solum qui ea faciunt , sed
etiam qui consentiunt facienti–
bus.
' En el Griego
~~V)<Eir ,
que puede
significar tambien aborrecedores de Dios.
11
El
que hace tod.
ras cosas puede
tener algun género. de excusa'
la mise–
ria
y
fragilidad de todos los hom res: mas
el que las consiente , las aprueba , aplau–
de
y
defiende, dá a entender la
corntp–
cion
y
malicia de su corazon :
y
con esta
aprobacion se c:\rg:-t de los pecados de
to–
dos los otros. Para conclusion de este Ca–
pítulo debemos observar , que el abando–
no que Dios hace del pecador , es el cas–
tigo mas terrible que puede experimentar
en esta vida ;
y
que la prueba mayor que
D ios dá de su justo enojo , es permitir
que un pecado sea castigo de otro peca–
do. Es verdad que Dios. , la fuente de
toda justicia ,
y
que no tiene parte en
el
de avaricia , de maldad; llenos de
envidia , de homicidios, de,con–
tiendas , de engaño , de maligni–
dad , chismosos,
30 M urmuradores , aborreci–
dos de D ios ' , inju riadores, so–
bervios , altivos, inventores de
males, desobedientes a sus pad res,
31 Necios, inmodestos·, ma–
lévolos , sin fe , sin misericor–
dia.
32 L os que habiendo
conocí:
do la justicia de Dios, no enten–
dieron, que los que tales cosas ha–
cen , son dignos de muerte :
y
no
tan solamente los que estas cosas
hacen , sino tambien los que con–
si~nten
a los que las hacen •.
mal
,
cuya causa se llalla siempre
eh
fa
malicia del hombre : mas pnc_sl.!;: no obs–
tante permitir justísim:unente"fás o<.:asio–
nes que llevan al pecado
,
y
3bandonar
:t
los
que le abandonan en pena de su or–
gullo e ingratitud.
SANTO
T nol.rAs. Te–
ma pues el Christiano cometer un pecado
mortal
,
no sea que aquel se castigue con
otro
,
y
eSte c011 otro ,
y
de este thodo
se labre una cadena que le lleve a
la
im–
penitencia final
,
y
a su eterna condena–
cion~:!l
texto Griego varía alguna cosa
del de
la
V ulgara
,
porque dice así :
L os
qua/es habiendo conocido la Justicia
d~
D ios , es a
saber
,
qut> los
que
lracen
~d
les
cosas son dignos
de
1mte1'te
,
1lO
sola–
mente las hace1t
,
mas mm
apadri~tan
4
los que las
hac~
C A P I T U
~
O I I.
R eprehende a los Judlos
,
porque menospreciaban a los Gentiles. Les
hace ver
,
que cometian los mismos delitos que los Gentiles
,
y
que
el modo verdadero de poderse glm·iar de la L ey y de la_ circullti–
sion contra el Ge11tii, era observar la L ey ....
1
P ropter quod inexcusa–
Tom. II.
1
P or lo qual eres inexcusa·
z ,