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ADVERTENCIA GENERAL

SOBRE LAS EPISTOLAS DE SAN PABLO.

Saulo , despucs Pauto o Pablo , nació de padres Judíos en Tarso de Cilicia Colo–

.nía Romana, cuyos naturales gozaban el derecho de Ciudadanos de Roma. I nstrui–

do en las letras Hebréas desde sus mas riemos años , se aplicó luego al estudio d•

las Griegas , que florecían en su patria con tanto primor como en la misma Athe–

nas. Para perfeccionarse mas en la doél:rina de la Ley

y

en las tradiciones de los

Ancianos pasó a Jerusalcm ,

y

siguiendo la escuela de los _Phariséos salió eminente

haxo la direccion

y

magisterio del célebre Gamaliél ;

y

se mostró siempre ardiente

zebdor del Judaysmo hasta el tiempo de su maravillosa

y

extraordinaria convcrsion.

H echo discípulo de Christo

y

Apóstol de bs Gentes ,

y

escogido como vaso de

clcccion para anunciar :1l mundo Jos mysterlbs de la Redcncion

y

de la Gracia,

exercitó. su alto ministerio conforml! a su divina vocacion , pasando de Ciudad en

Ciudad

y

de Provincia en Provincia por as regiones principales del Oriente fundan–

do I glesias, ordenando Obispos

y

Mioist

,

y

predicando el Evangelio en todas

panes con inmensas

· as; pero tambien con inmenso fruto,

y

con t:til'rnas rápida

y

admirable propagacion

a Religion Christiana , como queda referido puntual–

mente en los Hechos de los Apóstoles desde su conversion hasta su traslacion a Ro–

ma , a donde fué conducido por la apelacion que intetpuso al César.

Los dos años que se mantuvo enrónces preso en aquella Ciudad tuvo la liber–

tad de predicar e instruir en la fe a quanros concurrían a él ;

y

aunque los Judíos

que :tllí habitab:tn se obstio:tron en su inc.redulidad , muchos de los Gentiles abrie–

ron los ojos a la luz de la verdad que les anun · ba el Santo Apóstol con tanto es–

píritu

y

uncion ,

y

logró introducir el Evangelio hasta dentro del Palacio

y

en la

misma familia del Emperador , haciendo que triunfase la Cruz de Christo en aquella

populosa Ciudad , emporio de la vanidad

y

de la supersticion. Salió por fin libre

1' .1blo de la prision ,

y

desde luego emprendió nuevos viages para alumbrar tambien

a las Naciones del O

~e

que estaban sepultadas en las

tinie~s

de la idolatría;

y

una de las principales que ilustr6 por este tiempo , dMforme a lo que ya tenia

J>romctido , fué nuestra España, la qual adelant6 mucho en la doélrina Evangélica,

que poco ántes había recibido con la visita de tan grande Ap6stol.

Desde estas Provincias volvi6 a· las de

Or~ente

,

y

despues de haber predicado

el EvangeliO en Cándia

,

dexó a Tito en aquella Isla para el establecimiento de

sus Iglesias

y

provision de 1\olinistros que las gobernasen. Jlartió desde allí a Pales–

tina , cumpliendo a los Hebréos lo que les tenia ofrecido;

y

luego a Calosa , en

<londe se detuvo algun tiempo en casa de Philcmon que lo :1guardaba;

y

en Ephe–

:so dcxó a Timothéo encargado de toda · la Asia. Visitó bs Iglesias de Macedonia,

en especial la de PhitiPos ,

y

cambien las de Troade

y

MiJero ,

y

adcmas las de

AntioquLt de Pisidia ,

y

las de Listro

y

de Iconio ; sufriendo toda suene de per-