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LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES.
Q uia bene Spiritus Sanél:us lo–
cu tus est per Isa!am Prophetam
ad patres nostros,
26
Dicens • : V ade ad Popu–
Jum istum,etdicad eos: Aureau–
dietis,et non intelligetis;et viden–
tes videbitis , et non perspicietis.
27 ln crassatum est eni m cor
popuJi huius, et auribus g raviter
audierunt, et oculos suos Com–
presserunt : ne forte videant ocu–
lis, et au ribus audiant , et carde
intelligant, et convcrtantur , et
sanem eos.
28 Notu m ergo sit vobis,quo–
niam Gentibus missum est hoc sa–
lutare D ei, et ipsi a udient.
29 Et cum haec dixisset,
exierunt ab eo Iudaei ,
m~l
tam habentes inter se quaestio–
nem.
30
~ansit
autem
biennio to-
~to in suo conduél:o: et suscipie–
bat omnes , qui ingrediebantur
ad eum,
3 1 Praedicans regnum D ei,
et docens quae sunt de Domi–
no lesu Christo cum omni fidu–
cia , sine prohibitione.
1
l sAJ.
V l.
9·
:MATTHAE.I XIII. 14.
M ARC. 1v . 12.
L uc.
v tu. Jo. l oAN.
x u .
40.
Esras f>alabra
lte ya dcx:unos
explicadas en los lugares citados , repre–
sentan al vivo el caraél-er del Pueblo de
los
J
ndíos ,
y
el juicio qua Dios e\erce
sobre ellos en castigo de
la
corrupcion de
su corazon,
y
de su oposicion a
1<~
vcrd;td.
'2
Esta salud de Dios ,
rslt! snludnble o
Snlvndor ,
esto es , que el E vangelio seria
anunci:1do
a
los Gentiles ,
y
que le escu–
ch:-.rian o recibirian.
3
En
la casa o alojam.icnto que habia
alCjuilaQo.
4
S. Í.UcAs concluye aquí su Histo-
palabra : Bien habló el E splritu
Santo por el Prophera l saías a
nuestros Padres,
26
D iciendo • :Ve a ese Pue–
blo, y di les: D e oído oireis, y
no en tendereis ;
y
viendo vereis,
y no percibi reis.
27 Porque se ha embotado
el
corazon de este Pueblo, y de los
oídos oyeron pesadamente , y
apretaron sus ojos : porque no
vean de los ojos, y oigan de los
oldos , y entiendan del coraza ,
y
se conviertan, y los sane.
28 Pues os hago saber a voso–
tros,que a los Gentiles es enviada
esta salud de Dios • , y ellos oirán_
29 Y acabando de decir esto,
sec.salieron de alH los J udios, te–
niendo entre sí ellos grandes al–
tercaciones.
30 Y P ablo permaneció dos
años ente_r.g¡c, la casa, que tenia
alquiladt"T: y recibía a todos los
que venían a verle,
31 Predicando el Reyno de
Dios , y enseña ndo las cosas que
son del Señor Jesu Christo con
toda libertad , sin prohibicion •.
ria ,
y
no nos dice nada de lo que
I1ÍZO
el
Santo Após
;):¡'~asta
el fin de su vida.
Ig–
noramos tambien los nlotivos que tuvo
para esto. N o obstante sabemos que hizo
grandes conversiones en Roma ,
y
hasta
en
el palacio mismo del Emperador : que
logró despues su libertad : que emprendió
muchos vbgcs : que vino
a
España ,
y
p
:-.sóa
otras muchas Provincias a predicar
el Ev:mgclio. Todo lo qua! se colige de
"'arios lugares de sus Cartas :
y
Mtima–
mentc, que terminó su carrera en Roma
con
llll
ilustre martyrio en
el
año rrecc del
Imperio de Neron,
y
el
sesenta
y
seis de
J
esu Christo.