CAPITULO XXVIII.
dimittere , eo quod nulla esset .
causa mortis in me.
19 Contrad icentibus autem
I u<.laeis , coaétus sum appe!Jare
Caesarem : non quasi gentem
meam habens aliquid accusare.
20
P ropter hanc igi tur cau–
sa m raga
vi
vos videre , et aJJo–
qui. Propter spem enim Israel
catena hac circumdatus sum.
2 1
At illi d ixerunt ad eum:
Nos neque lineras accepimus
de te a Iudaea , neque adve–
niens aliquis fratrum nuntiavit
aut locutus est quid de te ma–
lum.
22
R oga rnus autem a te au–
dire quae sentís : nam de seéta
hac notum est nobis , quia uj>i–
que ei contradicitur.
23 Cum constituissent au–
tem illi diem, venerunt ad eum
in hospitium pi
·
quibus
exponebat testificans reg num
D ei , suadensque eis de le–
su ex Lege Moysi et Prophe–
tis , a mane usque ad vespe-
ram.
24 Et quidam credebant his
quae d icebantur : quidam vera
non credebant.
25 Cumque invicem non
es–
sent conse ntieotes , d iscedebant,
dicente Paulo unu
verbum:
1
Es digna de
admir:-~cion
,
y
al mis–
mo tiempo de imitarse la dulzura del San–
to ApÓstol , que no se queja de los Judíos
de j erusalem ,. ni los acus:t , habiendo re–
cibido de ellos tan m.i.los tratamientos.
2
Por el Mcssías, que era toda la es–
peranza de Israél , o por
l:t
resurreccion
de muerte a vida , que debemos conse–
guir por su medio.
Aft.
xxv1.
6. 7·
3
Así 11'1maban los Jud1os a la Reli–
gion de Jcsu Christo.
libre , no hallando cosa por que
yo debiese morir.
19
Mas oponiéndose los
Ju~
días , me ví obligado a apelar a
César : no como que yo tenga
de que acusar a mi nacion
1
,
20
Pues por esto os he llama–
do, para veros y hablaros : por–
que por la esperanza de Israél ,.
estoy rodeado de esta cadena.
21
Entónces ellos le respon–
dieron a él : N osotros ni hemos·
recibido cartas de la J udéa sobre
tí,
ni ninguno de los hermanos
·vino a avisa rnos o decirnos mal
ninguno de tí.
2 2
Mas quisieramos oír de
tí
q~
es lo que entiendes .; pues de
esta secta
3
nos es notorio , que
en todas partes se le contradice.
23 Y ellos habiéndole seña–
ado dia, vinieron en
gr~
núme–
ro a él a su posada, a los quales
predicaba dando testimonio del
Reyno de Dios, y demostraba lO"
que está dicho de J esus por la Ley
de Moysés y por los Prophetas •,
desde la mañana
ha,~ta;\a
tarde.
24
y
algunos cre;a n lo que
se
11!11
decía , y otros no lo
creían
s.
25 Y como no estuviesen en–
tre sí acordes, estaban para reti–
rarse , quando les dixo Pablo esta
~
•
Haciendo ver
con~ ~
Escrituras ca
la rn¡no , que Jesu Christo era el Mes–
sías prometido en la Ley
y
en los Pro–
phctas.
s La palabra de Dios , como sucede
ordinariamente, es para Jos unos ocasion
de vida
,
y
para los otros de muerte : lo
que depende principalmente de la gracia
de D ios ,
y
de la disposicion con que
ca–
da uno la ret:ibc en su
conzon.
u .
GQ•
dnth. u .
t6.
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