CAPITULO XVII.
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16 Paulus autem curo Athe-
16 Y miéntras que Pablo los
nis eos expeétaret , incitabatur
esperaba en Athcnas, se inflama-
spiritus eius in ipso, videns ido- ba su espíritu en sí , viendo la
lolatriae deditam Civitatem.
Ciudad entregada a la idolatría'.
17 Disputabat igitur in Sy-
17 Y así disputaba en la Sy-
nagoga cum ludaeis et colenti- nagoga con los Judíos y con los
bus , ct in foro per orones dies
Prosélytos ',y en la plaza cada día
ad eos qui aderant.
con los que se le ponían delante
3 •
18 Quidam autem Epicurei
18 Y algunos PhilósophosE-
et Stoici philosophi disserebant
picúreos
y
Estoycos disputaban
cum eo , et quidam dicebant:
con él •, y unos decían : ¿Qué nos
¿Quid vult seminiverbius hic di-
quiere decir este sembrador de pa'
cere? Alii vero : N ovorum dae- labras
5
? Y otros : Parece que
moniorum videtur annuntiator
es predicador de nuevos Dioses;
esse; quia Iesum, et resurreétio-
porque les anunciaba a Jesus,
y
nem annuntiabat eis.
la resurreccion
6
•
19 Et apprehensum eum ad
19 Y asiéndole lo llevaron al
Areopagum duxerunt, dicentes:
Al:o!Ópago
7 ,
dic,iendo: ¿No po-
¿Possumus scire quae est haec
t~-·
demos saber qué' doétrina nueva
va , quae a te·dicit¡¡r ,doétrina? ..,es esta, que predicas?
20
N ova enim quaedam in-
20
Porque metes en nuestras
fers auribus ·nostj+,; Volumus
orejas ciertas novedade! : Pues
ergo scire
q~!JI!"""t!e4nt
haec
queremos saber qué quieren de-
esse.
cir estas cosas.
l
P AUSANIAS
escribe , que habia mas
Jdolos en Athcnas , que en toda la Gre–
cia:
y
un Autor Latino dice , que era mas
Bcil hallar un ídolo en Athenas , que un •
hombre ; de suerte , que siendo la Ciudad
mas supersticiosa
y
mas ciega
,
prctcndia
dar luz a todo el
mundo
con la doélrina
y
crédito de sus PhilósOphos
y
M.aesrros.
" Con Jos
pros~lytos
,·ííalue dexada
1a
idolatría , habían
abraz~a
Religion
de los Judíos.
3
Tal era el zclo' de Pablo,
y
el ar–
dor con que deseaba que todos abrazasen
la
fe de Jesu Christo.
"+
~os
Epicúreos no crcfan la inmor–
talidad del alma , ni reconocían la Pro–
videncia, poniendo la felicidad del hom–
bre en el deleytc. Los Estoycos enseña–
ban , <¡ue no se podia llegar a la felicidad,
sino por
la
sabiduría ; esto es , por la vir–
tud. Mas estos Philósophos , llenos de
or~
gullo , pretcndian no deber su sabiduría a
otros ql.!e a sí mismos :
y
unos
y
otro¡
Tom.ll.
eran Fatalistas,
y
por consiguiente los mas
opuestos a la Rcligion. Habia en aquel
tiemRQ,_ en Athenas otras dos seél"as
princi~
pales"""e Jos Académicos
y
Periparéticos,
de los quales no habla S. LocAs.
s Charlatan o novelero. Su orgullo los
J1acia hablar con este desprecio , teniéndo-–
se ellos por los l:;t, om res que estaban pues..
tos para enseñar,
y:
o para aprender.
6
E l Cu
R
ys
OMO
~ice
, que tenian
1a
palabra
«~4..-"cns,
o la
Rnurr~ccion ,
por
una divinidad.
7
Así se llamaba, de un quartcl o par–
te dé'la Ciudad consagrado a Marre, que
tenia allí un Templo. Vecinos a este vi–
vian los Areopagitas , que componían el
Senado de Arhenas , célebre en todo el
mundo por su s::tbiduría
y
reflirud. A esre
Senado perrenccia
la
dccision de las causas
mas imponantllS, y principalmente las de
R cliglon. Tal creyeron que era la de Pa–
blo ,
y
por esto le conduxcron al Areópa':'
¡:o, a que diesQrazon de su doétrina.