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540

SAN JUAN.

5

Dkit ei Thomas : ¿Domi–

ne , nescimus quo vadis : et quo–

modo possumus viam scire?

6 Dicit ei Iesus : Ego sum

v¡a , et veritas , et vita :

N

e–

m o venit ad Patrem , r¡isi per

me.

€' 7 Si cognovissetis me , et

P atrem meum utique cognovis–

setis : et amodo cognoscetis eum,

et vidistis eum.

8 Dicit ei Philippus :

D~:mine, ostende nobis Patrem , et

sufficit nobis.

9 Dicit ei lesus ¿Tanto

tempore vobiscum sum : et n!t:t

cognovistis me ? Philippe , qui

videt me , videt et P atrem.

¿

Quomodo tu dicis : Ostende

nobis Patrem?

10

¿Non creditis, quin

e~o

¿.n Patre , et Pater in me est?

Verba quae ego loquor vobis , a

me ipso non loquor. P ater au–

tem in me manens ipse facit

opera.

()•

gl!iÓ para

llegar

a

él

fué

el de los abati–

mientos , el de las peq,:t.s,

y

el de la Cruz.

.Pues si sabemos a donde pattió nuestra

cabeza ,

y

erc:tmino que hizo para llegar

allá ; ¿por qué rehusamos seguirle?

J

No ·staba del todo ignorante; pero

sn conocimiento era todavía obscuro e

im~

perfeéto.

2

Jesu Christo es el

cnmiuo

del Cielo,

que e.Srá expuesto

:t

nuestros sentidos por

el excmplo de su vida

y

por sus myst<k

rios : es la

-verdad

que alumbra

nuestro

espíritu con su palabra : -:-·,es la

vida

que

~lienta

nuestra voluntad. para unirla con

D ios por su gracia. S.LEo

St!rm.

II.dt!

R es.

3

Que soy el camino por mis méritos,

por mi

:rvluerre

y

por

mi<>):mgre.

4

Jlorque rengo

Ja

misma

Ese~i:t.

E l

que vé por la fe al Hijo , vé al mismo tiem–

po al Padre , que le ha engendrado ame

5 Dícele Thomás: . ¿Señor.

no sabemos ' a dónde vás : y có–

mo podemos saber el camino

?

6

Dícele J esus: Yo soy el

camino, y la verdad , y la vida •:

Nadie viene al Padre , sino por

mí "l

7 Si me conociéseis a mí,

ciertamente conociérais cambien

a

IDI:"

Padre

4 ·,

y desde ahora le

conoceréis

5

,

y lo habeis visto.

8,

Dícele Phelipe -: Señor,

muéstranos al Padre , y esto nos

basta.

9

0

Dícele J esus : ¿Tanto

tiempo ha que estoy con voso–

tros,

y

no me habeis conocido?

Phelipe , el que me vé a mí

6 ,

vé tambien al Padre. ¿Cómo pue¡¡

dices : Muéstranos al Padre

~

10

¿No creeis

7 ,

que yo es–

toy en el Pad re, y el Padre en

mí? Las palabras que yo os ha–

blo, no las hablo de mí mismo.

Mas el Padre estando en

mí,

él

hace las obras •.

todos los siglos en una perfeéta igualdad

con

él.

A'

5

Por

P.i'

Íuz de la fe que os hace creer

en su Hijo : porque no podeis creer en

el

Hijo, sin

cre.er

al mismo tiempo en el Pa–

dre, como en el principio eterno de su.

GJvina

naturaleza.

• ó

T. Gr.

fcú~a.x.e,

7Jió.

7

T. Gr. V

m'íl6as- ,

110

crees.

En

vir–

md de la naturaleza , que es una misma

en todas las rres Divinas Personas. Esta

.inefable union de todas

tres

en uña

misma

naturaleza, es Jo que los Theólogos Grie–

gos llaman

;ne_,xo;~~tns-

,

y

los :E..atinos

cir–

cmninsessio.

S. AucusT.

TraEt.

L XX I.

8

En

mí habla el Padre quando yo

hablo : en mí obra el Padre todo lo que

yo obro. Porque así como es uno mismo

el

sér , así

t

bien ei: uua misma la ope–

racion.