SA
34 Mandatum • novum do
vobis : U e diligacis inv icem, sic–
ut d ilexi vos, ue et vos diliga–
t is ínvicem.
35
In
QOC
cognoscent omnes
q
~ a
discipuli mei estis, si dile–
éb onem habueritis ad invicem.
36 Dicit ei Simon Petrus:
¿Domine , quo vadis ? R espon–
die Iesus : Q uo ego vado , n2.n
potes me modo sequi : sequel'\s
aurero postea.
37 Dicit ei Petrus : ¿Quare
non possum te sequi modo
?
a nimam meam pro te ponam.
38 Respondit ei Iesus: ¿A-
. nimam
tuam pro me pones?
Amen, amen dico tibi : Non
ca ntabit gallus , donec
t('r
1
e
•neges.
1
E ste mand:1mienro :moque había si–
~lo
de todos tiempos , se llama
1lltt!1JO j
por–
que
J
csu Christo lo establece nuevamen–
te , elevándolo a una nueva pcrfuccion,
poniendo 1 amor que él ruvo a los hom–
bres ,
por regla
y
pauta del que sus discí–
pulos se debian tener los unos a Jos
otros,
y
dexándoselo por distintivo
y
carátl:cr
de los Christianos ,
y
divisa de la
Ley
nue-–
va del Evangelio. Lo llama
1lU~vo
,
p. a
mostrar que lo debemos tener siempre prc-
:.enre como una cosa nu
.
'll
])orqoe eres aun muy flaco ,
y
no
h:t llegado el tiempo determinado por mi
Padre.
3
Quando fortificad
por virrud del
E spíritu Santo ofrecerás ru vida
,
lasa-
crificar:ís por mi
amor.
J U AN.
34 Un Mandamiento nuevo
o s doy ' : Que os ameis unos a
otros , así como yo os amé, para
gue vosotros os ameis cambien
entre vosotros mi smos.
35 En esro conocerá n todos
que sois m is discípulos , si tuvié–
reis ca ridad enrre vosotros.
3i;
D í¡w le Simon Pedro: ¿Se–
ñor, a dónde vás? R espondió J e–
sus : A donde y o voy , no puedes
t ú seg uirme ahora • : m as me se–
guirás despues ' ·
'37 D ícele Pedro: ¿P o r qué
no
ce
puedo seguir ahora? Mi
vida pondré por cí •.
38 Respondióle J esus : ¿Tu
vida pondrás por mí? En ver–
dad, en verdad te d igo: Que no
can ta rá el gallo, sin que me nie–
gues tres veces
5 •
4
N o po4ia oir hablar de separarse de
Christ;o ,
~hque
fue!se por poco tiempo.
E ra
como un
enfermo a
quien
c.:ngJilaba
1.
1
voluncnd;
pero
que no
conocía la
cnfi..:r–
mcdad que le consumía
y
acababa.
J
l.lbia
g ído decir
al Señor que no podría seguir–
le ,
y
esto no obstante replica , que bien
podia. Mas la experiencia le enseñó
des–
pues , que el
amor
que crcí.1 tener
a su
~facsrro ,
era vano sin el
socorro
que vie–
ne
de
lo alto.
S.AuousT. in Ioanu.
Trafl.
L JCV,
s El Señor permitió esta caída para
humillarle en su vana confianza ,
y
para
darle
a
entender que el hombre nada pue–
de sin
el
socorro de la gracia. V
é~se
lo
que
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notado
~1ATTU.
XXV I.
J5·
MARC. x 1v
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Luc.
xxn.
33·
a
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