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SAN LUCAS.
77 Ad • dandam - scientiam
salutis plebi eius, in
remissio~
nem peccatorum eorum.
78 Per víscera misericordiae
D~i
nostri , in quibus visitavit
nos ' Oriens ex alto :
7'9 !Iluminare bis , qui in te–
nebris et
in
umbra mortis se–
dent : ad dirigendos pedes no–
stros
in
viam pacis.
· 8o Puer autem crescebat ,
eL
confortabatur spiritu: et erat in
desertis us'que, in diem ostensio–
nis
suae ad Israel.
efeélo de La gran caridad
y
misericordia
de Dios para con
i[s
pecadores
;
y
esta
inefable e \nfinita misericordia hizo que el
V erbo Ere;rno del Padre baxase de lo al–
to para vis"itarnos
y
conversar con noso–
{'\'ros, que esto significa el nombre de
Em-
11Ultmel
que le fué dado por los Prophctas:
y
que
el que es el resplmzdor de la glo.ria
del Padre ,
IIebr.
I.
3.
nos alumbrase
como divino Sol de Juscicia , disipando las
tinieblas
y
sombras de
la
muerte
et~na,
a que nos babia reducido el estado de la
culpa
;
y
dirigiendoe~uestros
pasos.po'r el
camino de una eterna sumi.sion a la divi–
Jla
voluntad , nos
conduxese a la paz de
Ja celestial
y
triunfante Jerusalem.
1
Demuestra que
lat....
salu<\_,consiste en
Ja
remision de los pecados por
la
Gracia,
que es el principal punto del .Evangelio.
'
~
Aquí
Oriens
como se ve en el rex-
'J
1
nch.
IV.
5.
Supra
17.
77 Para dar cienc1a de salud,
a su pueblo en remision de los
pe~
cados de ellos '.
78 Por las entrañas de la mi–
sericordia de nuestro D ios, en las
que nos visitó el Oriente • de aleo;
79 P ara alumbrar
3
a los que
están de asiento en tinieblas
y
en
solnbra de muerte : par.a endere..:
zar nuestros pies a camino de paz.
8o
<:
Y el niño crecia,
y
se fo r- ·
tificaba en· espíritu • :
y
moraba
en los desiertos hasta el tiemp<>'
.que
e
manifestó a Israel
s.
•
to Griego
rtrc:t,.oA~
,
no es participio , si–
no nombre substantivo , aplicado al Mes–
sías ·por"antonomásia
Sol de Oriente.
El
Messías , el Sol de Justicia , que
ha
baxa–
do del Cielo a alumbrarnos con su luz:
Véase
Z ACAR. 111.
9· y
MALAQ. I v .• 2.
"-
3
E l Bautista se retiró al desierto dcs-
dq su inf.-mcia ,
y
allí perm:meci6, vivien·
do una vida
muy
austéra hasta
la
edad
de
treinta afiolq en que qniso el Señor mos–
trarlo al Pueblo de Israel ,
y
que comen–
zase
a
predicar la penitencia , hablando
de Jesu Christo, exhortando a todos ·a
que le reconociesen por su verdadero
Messías ,
y
por su Señor
y
R edentor. \
4
Al
paso que crecia
en
el cuerpo ,
d
E spíritu
Santo
d2ba
nuevo
y
mayor
vi–
gor
a
su alma.
5
1v1SA..!i0el su demostramieuto a Is–
rael.
b
.Zacl~a,-.
III.
9 · Malnck.
JV.-2.
'