CAPITULO XXVII.
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ncs , qui crucifixi crant cum· eo,
impropc rabant ei.
45 A sexta autem hora tene–
brac faétac sunt super uoiversam
tcrram usque ad horam nona m.
46 Et circa horam nonam
clamavit Iesus voce magna, di–
cen " : ¿Ei i, E li , lamma sa–
baéthani
?
hoc cst: D eos meu
D cus mcus, ¿ut quid dereliquis
me?
47 Quidam autem iUic
~a n
te , et audientcs, dicebaot: Eliam
vocat iste.
•
han crucificados con él , le im–
properaban esto mismo •.
45 Mas desde la hora de sexta
fueron hechas tin ieblas sobre toda
la tierra ' hasta la hora de nona.
46 Y ce rca de la hora de no–
na clamó J esus con grande
~z,
diciendo : ¿
Elf, Elf, lamma sa–
'ba flhani
?
E sto es , D ios mio,
D ios mio , ¿por qué me des–
amparaste
' ?
~47
Algunos pues de los que
all í estaban, quando esto oyeron,
decían : A Elías llama este •.
~,-.!.__;
1
SAN
{ATHBO
U~:t
:tquí de una
CX–
prcsion
tigur:u.la,poni~ndo
el
.plor.11 por
el
singul.1r.
Pues SAN LucAs d•cc cxpre–
~:um:nll..'
, que
filé
uno solo
el
que le cm–
pczl~
.1
7.,1hcrir ;
y
en orro
lugar
escri–
be , que los Soldados le presentaron vina–
gre, habiendo sido uno solo , como consta
de los otros Ev:tngelisras. S.
J uAN
ÜIIRY~
l lh·roMO
¡,
ft1t~Uil.
Homil.
LXXXYI
r r.
con :tlgunos otros Padres
crc}r6 ,
que al
principio le c:trg:tron de injuri3s los dos
bdroncs; nus
que
el
uno
le
:tdoró dcspues
como a
Dios, mi6ntrJs que
el
otro le blas–
ph.:n
ub.t
; yque esto lo permiti así.
el
c...'–
nor )
l.lrt
d.ltuna muestra mas brillante
de
l.t ottc.id.t de su graci:t.
L:t
primera opi–
nion, que es de S. AcusTtN
d~Cous~us.
Ev.m ..
~.
Lib. u r. Cap. x vr. n.
53·
es
la
que
se
iguccomunmcmc.
'
Est.tsriniebl.&s no fueron efeél:o de
algun eclipse natural ; porque
este
sucede
en el novilunio o conjun ion
del
Sol
y
de •
l.t Lun.t,
y
entónces cr:a el • lcnilunio
ú
opm:icion.
F
uer.t de
esto
el eclipse natur.1J,
aunque
o:cJ
tot.llo central , no se extiende
a
tC~..b
1.&
tierra ,
sino
:l
unJ p:me de
ella;
y
e
t.lStinicblJs nos dice el .Evangelio, que
ocup.tron todJ la tierra por espacio de rres
hor.ts, que fué
el
tiempo que estuvo el
Sl·ñor
en
l.t
ruz h:tsta que espiró. Este
solo mil.lgro , siendo tan grande por
s1
mismo ,
)'
lubicndo sucedido en
el
tiem–
po en que
se
,,¡ó ,
dcbia bastar par.1
cunvcnir .t codos los Judío,.• s .
CuRY-
n
rs.,/
m.x.xr.s.
SOSTOM.
iu }.1nllh. Homi/.
L :CXXTX ,
3
Pal.lbras tomadas del
Psnlmo
X ,Yr.
J.
y
pronunci.tdas parte en l-Jebréo, parte
en Syríaco. Este clamor, segun S.
JuAN'
CnRYs6SToMo , m,miJiesta d poder
su–
premo
y
absoluto que tenia el Señor de
dexarsu vida , o de volverla a tomar qu:m–
do quisiera
;
porque no parece natural que
un
hombre acabado con ranto pad!.!cer ,
y
despucs de haber dcrr:tmado tanta sangre,
pudiese clamar con t:m grande esfuerzo al–
gunos momeoros ántes de espirar. Se
de–
be
tener presente lo que dexamos adver
tido en la nota
al
,t.
39·
del Cap. xxvt.
para no extrañar cst:t que parece queja del
abandono, en que le habia dexado su Pa–
dre Eterno
¡
pero
~e
manifestaba
el
es–
tado espantoso
a
que le habi:t reducido la
malicia de los hombres , el horror que
D ios mostraba al pecado cometido contra
su Divina
lagesrad
, y quesolamente
tft1
hombre D ios podia
expi.lr por el
m~rito
infinito de su muerte ;
y últimamente su
amor inef.tble hácia los mismos hombres,
pu"
to que abandon6 de csu suerte
a
su
~~(!~ ~;j~~~:~o~~~~~~~~~~ ~;~
1
~u
muerte.
4
Es probable ,
' S.
GsR6NYM'O
lo
dice expresamente , que estos fueron lo'
Soldados Romanos , los quales no
enten–
diendo
la
lengua .flebrea ,
ni
lo que signi–
ficaban
IJs
labras
E lf , E lí,
se persua–
dieron que !amaba eu m socorro al Pro–
pheta Elías.