CAPITULO XXVII.
cum eo erant custodientes Ie–
sum , viso terrae motu , ec his
guae fiebant , t imuerunt valde,
dicentes : V ere Filius Dei erat
iste.
55 E rant autem ibi mulieres
multae a longe , quae secutae
erant I esum a Ga!ilaea , mi ·
strantes ei :
56
I nter guas
erat
~aria
Magdalene, et Maria Iacobi et
I oseph mater , ee mater filiorum
Zebedad.
57 Cum " autem sero faaum
esset, venit quidam horno dives
ab Arimathaea, nomine Ioseph,
qui et ipse discipu lus erat Iesu.
s 8
H ic accessi t ad Pilatum,
et petii t corpus l esu. Tune Pi–
latus iussit reddi corpus.
59 E t accepto corpo re , Io–
seph involvit illud
in sindone
munda.
·
6o Et posuit illud in monu–
mento suo novo , quod excide–
rat in petra. Et advolvit saxum
magnum ad ostiurn monumenti,
et abiit.
6r Erat autem
ibi *Maria
Magdalene , et altera Maria , se–
dentes contra sepulchrum.
62 Altera autem die , guae
est post Parasceven , convene- ..
•
que con él estaban guardando a
Jesus , quando vieron el temblor
de la tierra , y las cosas que se ha–
cían , tuvieron g rande miedo ,
y
decían: Verdaderamente Hijo de
Dios era este.
55 Estaban alli cambien
~u
chas mu geres a Jo léjos , que ha–
bían seguido a J esus de la Gali–
léa , y le venían sirviendo ' :
.. s6
Entre las guaJes estaba
María Magdalena, y María ma–
d re de San tiago y de J oseph. , y
la madre de los hijos de Zebedéo.
'" 57 Y quando fué noche
3 ,
vi–
no un hombre rico de Arimathéa,
llamado J oseph , el qual era cam–
bien discípulo de
J
esus.
s 8-
E ste fu é a P ilato,
y
pi–
dióle el cuerpo de J esus. Pilato ,.
entónces mandó se lo entregasen.
59 Y tomando J oseph el cuer–
po, envolvióle en una sábana lim–
pia.
6o Y metióle en un sepulcro
suyo , que aun no había
servid~
y
había hecho abri r en una peña •.
Y puso una grande pied ra a la en–
trada del sepulqo ,
y
fuése.
6 r María Magdalena , y la
otra María , estaban allí senta–
das en frente del sepulcro.
62 Masalotrod ia,que esel qu•e
se sigue
~1
de la Parasceve ' , los
~
'
T ..Gr.
-3-ttO~,;/Ta¡,
mirmzdo.
2
•
MS.
E
qu~
peusnuan
dé!.
3
Esto es , pasada ya la hora en que
el
Señor espiró. Arimarhéa era un Pueblo
que distaba de Je"rusalcm cinco o seis le–
guas a
la
pane del N arre.
4
Esto lo dispuso así el Señor para
que los Judíos no pudiesen calumniar ni
decir que era otro el que habiaetesucitado.
Ar\ismo tiempo debe reflcx1onar el
Chris~
tiano con la mayor arencion , quánta: es la
pureza de corazon f'e se requiere para
llegar a recibir en su pecho el adorable
Cuerpo del Señor
,
que no quiso ser de–
positado despues• de muerto en lugar en
donde
hu~~
habitado la corrupcion.
s
Este~ia
de la
Parasceve
o
prepa–
racion, era ,
segun S. LocAs
xxiu.
s
4·
n
lt-1arc. .xv.
42.
Luc.
XXIII .
50.
Iomm.
XIX.
:;8.
•