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DE PHOCION.

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Unió Amphyction muchas Ciudades

nuestras; pero esto aun no era mas que un

imperfecto dibuxo de la felicidad de la Gre–

cia. Un Licurgo, que no pudiéndose admi–

rar suficientemente su sabiduría, y sus .lu–

ces,

fué

el

prime~hombre,

que comprehen–

dió bien quanto importa

á

un Estado, que

wre ponerse al abrigo de los insultos de

sus vecinos, el seguir

á

su exemplo las leyes

de la eterna alianza , que estableció la natu–

raleza entre los hombres: quiso que el amor ·

á la patria, hasta entonces injusto, ambicio–

so , y feroz , quedase agotado en L acedemo–

nia por el amor á Ja humanidad. Su Repú"

bli–

enredadores , que les gobernaban Tuvo Sócrates algunos dis–

cipulos, que por su prudencia no tomaron parte en 13 admi–

nis1racion

de los

negocfos

públicos. Se

aumentaron mas

las

turbaciones de la Grecia despues que el imprudente Lacede–

monio,

dexindose

guiar por Lisandro, renunció abiertamente

sus

virmd~s,

por entregarse

á

la ambicion. ¡Qué tiempos aque•

Uos para hahlar de las respectivas obligaciones de los Pueblos,

y

qué

reyn3dos los de Filipo , Alcx:indro,

y

sus avaros suce–

sor~s

!

Se sofocab:i la verdad al nacer,

ó

no salió de las escue–

las d\! los Filósofos de Athenas.

Pasó de Grecia á Roma la Filosofia de Sócrates, y Platon;

pero parece que nada llega á tiempo en este mundo. Si hubie–

ran conservado los Romanos sus antiguas costumbres, sin

du~

da que hubieran adoptado unos principios propios á confede–

rarse con su

mod~racion

, su amor

á

Ja justicia ,

y

á la

pobre~

za ; pero viciados por su mucha fortuna , solo queri:in ser los

tiranos de 1·as N:icíones de quienes les habia hecho dueños la.

virtud de sus padres.

«

En las mism:'.15 obras en que Ciceron,

,,siguiendo á Sócrates, y Platon, enseñ:iba que todos los hom–

,,brcs son hermanos; que por lo mismo debe!\ amarse, socor–

,,rerse ,

y

h:icerse todo el bien posible; que es preciso mirar,

y

nconsiderar toda la tierra como una Ciudad grande, cuyos

ndiversos quarteles,

ó

barrios no dt!ben tener intereses opues.

"tos; se quej3. de que en Roma no

h:iy

amor

á

Ja patria, ni

H4

.