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I

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ENTRET ENIMIENTOS

cho en ]as tierras de sus vecinos, es cierto

que amaban su patria, querían sin duda ha–

cerla rica ,

y

floreciente en el interior ,

y

ex–

teriorrnente tco1ible.

¿

Pero qué bien les

traía este ciego amor

á

la patria? No daba

m a

s que u

n vdlor feroz

á

los hombres, que

no

teni.rn

alguna virtud

rlL

las que honran

á

los racionales : les llevaba

á

un~s

acciones in–

justas,

y

violentas. Estos mismos triu;;I'os,

co n que

el

vencedor tenia la locura de aplau–

dirs.e, le anunciaban el odio,

y

la venganza

de sus vecinos,

y

desgracias para lo futuro.

Efectivamente estuvo ignorado el dulce

nomb.re

d e la paz por mucho tiempo en la

G<e-

~ªa~~~~~:aer¿~ ~:~~~~~~i~iaJ':~ ~!~~~d~sgp~C::d!"~~b~r\Ja~t

festado muchas formalidades, que indicaban amor

á

la justi–

cia. Respetaron con mas religion que los <lemas Pueblos los

derechos de la humanidad en los enemigos vencidos , dando

tambicn estimacion

á

los que se hacian dignos de ella.

Se hace memoria con gusto, de que habiendo sostenido los

Privernates muchas guerras obstinadas contra la República

!:-~i:l~~i

1

r:u:r~~~~a~Sr:;'\!nér:~d~ts

3

~3cc¡~taed~b~~~r~~e S~~~~~;

en ella por el Consul Plautio : estando par:i. ser vencidos , en–

'YÍaron Embaxadores

á

Roma para negociar

la

paz; y habifn–

doles preguntado el Senado , ¿qué castigo juzgaban merecer?

respondieron: (e fi.:I que merecen los hombres, que creyéndose

uJignos de ser libres , h;'.ln tanteado todos los medios para

"conservar la libertad, que han recibido de sus padres. Pero,

,,replicó el Consul, si Roma os concede la graoia que pedís,

"~puede

prometerse, que en adelante conservareis religiosa–

" mente

la

paz? Sí, respondieron los Embaxadores , si las

,,condiciones de dla son just:is, human:is,

y

no nos sonrojan;

''pero si est:i paz es vergonzosa, no espereis que la necesidad,

nque nos la har:i. recibir hoy, nos haga conservarla mañana."

l\ lgunos Senadores se indignaron del orgullo de esta respues–

ta ; pero el Senado, cuerpo en que dominaban las luces, y

el