DE PHOCIQN.
I 17
Grecia. No se veian por todas partes mas
que·Pueblos err!jntes,
y
fugitivos, que des–
pues de haber sido echados de sus casas, ve–
nían
á
degollar
á
sus mismos conquistadores,
haciendo cada d ia perecer una nueva revo–
lucion algún barr¡.o de nuestros antecesores.
Abrieron finalmente los ojos, por ha–
-e debilitados,
y
vencidos de sus mismas
desgracias. Incierta siempre cada una de
nuestras Repúblicas,
y
dudosa de coger eu .
sus campos los frutos, que el Ciudadano ha–
bia sembrado en ellos ,
y
continuamente en
vela del temor de ser subyugada,
y
esclava,
sospechó, que sus zelos, sus odios,
y
bar-
ba–
"'alor, Ja aprobó , admitiendo
á
su gr:tcia los Embaxadores
Privern:ues, y juzgó conforme
á
sus principios , que los ene–
migos ,
á
quienes no habian abatido sus desdichas,
mereci:m
el honor de ser numerados entre
!_os Ciudadanos Roma–
nos.
Por much:i. magnanimidad,
y
sabiduría que tuviesen los
R omanos , estaba en ellos el Derecho de las Gentes muy re–
moto de aquel punto de pcrfeccion
1
á que debe llevarle la sana
Filosólie1., que no se diSlingue de la s:rna Política. Bienhecho–
res, y muy humanos despues de conquistar los enemigos
fá–
ciles de reducir , se cree que su ambicion trastornase su mo–
deracion , con el pretexto Je excrcitar sus fuerzas,
y
extender
~~~tr;'i~ci~~~1 :n~~~ar:1~~:eA~~~~s~u:5~ri:a~u: !~sv~r~~~i~~~
:
0
;
hacer mas ficih:s sus \·ictorias.
Hubiera sido un prodigio, que los Pueblos practicasen con
mas humanid:ttl el Derecho de las Gentes antes que fuese co–
noci.h
la doctrina de Phocit>n sobre el amor
:í
la patria,
y
no
pQt\ia serlo antes que los Filúsnfos descubrieran los errores de
nuestras pasiones ; y com¡)arando con ellas lbs hechos , de..
mostrasen que la Politica, lejos de trabajar en la prosperidad
de un
K~t:ido,
apresura su decadencia,
y
su ruina, si no mira
al amor de la humanidad como una superior virtud , que debe
arreglar, y dirigir al amor ele
la
patria. Los Gobiernos Mo-
H 3
nár-