DE PHOCION.
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sobre los placeres mas sencillos ,
y
mas ho–
nestos , una alegría capaz de satisfacernos,
templa nuestra imaginacion,
é
impide que
ande
á
la descubierta de algun nuevo placer.
No
qs
apresureis, querido Aristias, en
querer inferir de esta doctrina, que toda es–
pecie de trabajo es uril
á
la Sociedad. Es tan
al courrario, que quizá le seria menos funes–
to un género de ociosidad. Atended el mo–
do de proceder la naturaleza con nosotros. ·
Liberal en todos los bienes, que nos son ne–
cesarios, quiere no obstante, que los com–
premos por medio del trabajo. Es
la
tierra
esteril
,
si
no la fecundizan nuestras manos,
y
por el orden establecido para la produc–
cion de los frutos: es este trabajo ligero, pe–
ro continuo: imite la Política
á
la naturale–
za: si
el
trabajo que nos impone, no es pro–
porcionado
á
nuestras fuerzas : si es engaño–
sa la esperanza, que le haria emprender con
alegría,
y
si no puede ser suficiente para
nuestras necesidades , se hace insoportable,
y
á
lo mas solo puede ser ocupacion, ó castigo
de un esclavo.
F ué desgraciado el Egipto baxo los su–
cesores de Sesostris, desde que guiado
el
Príncipe por una insaciable avaricia,
;e
apar–
tó de los verdaderos principios,
y
conde–
nando
á
sus vasallos á trabajos muy duros,
quiso recoger él solo los frutos de todos. Se
F
en-