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DE PHOCJON.

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de costumbres de nuestros padres , tenemos

á

,bien el hacer rodos los días nuevas le–

yes ( r) , y multiplicar nuestros Magistra–

dos , Jo que conviene para la corru pcion

nuestra, y solo sirve de empl ear remedios

inútiles para corregirnos. El pri!11er Magis–

trado , y Ja pri1uera ley de una República

debe ser la templanza ; y el Pueblo mejor

gobernado para con los Espartanos, es aquel

que mas se acerque

á

su frugalidad.

_

No obstante , es tal la debilidad huma-

Amor al na–

na, que aun en toda virtµd,tiene sus instafu

tajo.

tes

(1)

Nada quizá prueba mejor el que un Estado obra sin prin·

cipios, ni sistema, que el gran número de leyes con que opri–

me

á

los Ciudadanos. Un Legislador habil va á la r:frz del abu–

so que quiere arrancar: la corta

1

y

queda restablecido el or–

den por una so!J. ley.

La

historia, asi antigua, como moderna,

nos da muchos exemplos. Quiere un Legislador ignorante des·

truir los efectos de un vicio, pero dexa subsi.s1ic la causa: no

Le~?:~9~re:e~s;~~~ in~o~~~~~~~ ,q~~;:~ee~~u~rcz~s

5

t~~ú~;~e~ 1~!

ánimos á despreciar las leyes. Qu:indo una ley ha caido en

olvido,

y

se renueva , parece que es por capricho,

y

nunca

se toman las medidas necesarias para impedir, que no experi–

menie un:t segunda desgracia. Un Estado, que no

t~ene

objeto

iixo,

6

que no consulta la naturaleza de las cosas, debe con

necesidad multiplicar mucho sus leyes; porque no repara en

mas que en l:is circunstancias en que se halla ,

y

es1as se

va–

rlan , y mudan continuamente. Gran desdicha es quando las

leyes se encuentran en tamo número

1

que costando mecho el

instruirse en ellas, son ignoradas, aun por J:i mayor parte

de

aquellos mismos

1

que hacen estudio del Derecho público,

y

de

la Jurisprudencia de una Nacion: entonces

usurp.ln

la

cos–

tumbre,

y

el uso

la

autoridad que pertenece

á

las leyes ;

y

no

teniendo la costumbre principio fixo,

y

manejándose segun

Jos acaecimientos , abre

la

puer1a

las

injusticias

mas te–

mibles.

Multiplicar losMagis1rados, no es mas saludable que muhi–

phcar las leyes. Si 'ºn menos en número, causan naru1almen-

1e