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ENTRETENIMIENTOS

t es d e error , de distraccion , y de anchura.

Tiene Ja templanza otros tantos enemigos,

como diversas especies se hallan de placeres;

y

por grande que sea su poder, finalmente

caerá, si no i1npide Ja Política, que tenaa

que comba.tir contra la ociosidad, y el

en~jo que se sigue

á

la inacc;ion del alm1 ,

y

cuerpo. T odo el tiempo que nos dexa libre

la ley , es tiempo concedido

á

l•s pasiones

p ara tentarnos, seducirnos ,

y

sujetarnos.

D ebe la Política inspirar

á

los Ciudadanos

el amor al trabajo, repartiendo esta virrud

so-

te mas respeto, y estan mas atentos

á

cumplir sus obligacio–

nes. Crear nue\•os Magistrados en un:t Republica, cuyas le–

yes, y costumbres se corrompen, regularmence no es mas que

-introducir nuevos abusos,

y

dar prou..

>clores

al victo. Es gene–

ralmeme inutil (como dice Phocion en su .seg:undo F.:mrcteni–

miemo) ,

é

imposible pretender tener buenos Magistrados, si

no se principia por dar bnenas costumbres 3 los Cmdadnnos.

T iene la Política dos,

ó

tres reglas, que despreciarlas es

exponerse

graves daños. Para imped1r que el M1gi!t!rado se

relaxe en

las

íunciones

de

!>U

empico, es preciso que

esce sea

breve,

y

transitorio. Si es

por

toda

la

~·ída

, lo exercerá con

descuido: le mirará como un bien, que le es propio ; y traba·

jará

mas

en

aomemar sus p:lrticulares derechos,

y

prerogati·

vas, que en la felicidad pí1blica.

La

Sociedad 1iene diferentes

necesidades, distinguidas por

su

naturaleza,

y

separadas las

unas de las otras; por

eso es

preciso

señalar diferentes

Ma–

gistraturas para socorrer

i

ellls.

51

unis en una

las funciones

que deben estar divididas, esperad que serán despreciadas,

ó

que se aprm•ecbaní el Magistrado de su extenso pOder para

abusar de

ellas,

y

hacerse temible.

Si

separ:iis en di\'ersa.s

Ma·

gistraturas los cargos que deben estar unidos,

.se

fatigar.in

rnutu.:imente los Magisu ados,

y

no conservarán

la

autorKiad

debida sobre

los

Ciudadanos.

Observad ,

que en las circuns·

tancias extraordinarias no bastan los M:igistrados comune-1

p:na las necesidades de

la

República. P'ué un instituto muy

sabio de los Rom1nos el crear algunas 'reces Dictadores ,

ó

re·

ve.stir

á

los Cónsules de un poder e.1nraordmario.