·86
ENTRETENIMIENTOS
y
gobernada la República por Artesanos,
tomó
el
genio que naturalmente babia de
tener, ya sabeis en qué vilezas caímos. Siem–
pre
el
particular interés decidió del público.
Extremados en todas nuestras pasiones, tí–
midos por !a mariana, tem5rarios por la tar–
de, y continuamente fioxc.;, y amotinados,
no conoci1nos nuestras fuerzas, ni nuestra
debilidad , ni nuestros recursos,
y
jamas su–
pimos obrar
á
propósito, ni preveer, ni pre–
venir los daiíos. ¿Qué hacemos con quejar–
nos de nuestra fortuna? ¿Ha de hacer ella
milagros para volver 'en justa , prudente ,
y
magnánima una Asamblea de Artesanos?
Es sin duda honesto todo arte, que sea
necesario
á
las verdaderas ,
y
reales necesida–
des de los hombres. No se hace daiíoso, si–
no quando por una grande estimacion da
á
las cosas un precio , que no deben tener,
y
afina inutilmente nuestros gustos. Amo la
Sencillez de costumbres, que nos pintan en
Homero: la de los.Reyes, que saben el nÚ•
mero de sus vacas , cabras ,
y
carneros ,
y
que se preparan ellos.mismos su cena: la de
una Reyna Aretea, que hila para vestidos
de su marido ;
y
la de una Princesa N ausi-·
cas, que va en un carro
á
lavar al rio la ropa
de su familia. Cada uno puede tener vana–
gloria de servirse
á
sí mismo de Artesano,
y
pluguiese
á
los Dioses, que la sabiduría de.
nues•