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ENTRETENJM!ENTOS
Sala.mina irá presentarse
á
los enemigos con
el
deseo de huir dentro de su cor.1zon. El
contagioso exemplo de Jos ricos ha corrom–
pido los pobres, que no participan sus di–
versiones. No hay Arheniense que no mur•
mure contra
kls
.fatigas de Ja guerra , y con·
va
d
rigoi; de nuestra relaxada disciplina:
parece está degradada la narnraleza en toda
Ja Grecia : caemos hoy rendidos
á
los exer•
eicíos , en que se
di
vertian gozosos nuestros
padres : hallamos muy pesadas nuestras ar–
m as; y la debilidad de nuestras Ciudades nos
ha ense.óado
á
temer el valor de los B:irbaros.
¿Qué Licurgo , querido Aristias, se pro–
fundizará en el conocimiento de nuestras
virtudes , y vicios: Medicad sus leyes , que
sin duda
se
las babia dictado un Dios.
Ja–
>;1.1as
le vereis detenerse en particularidades
inútiles : refutar un vicio, y no cortar la
raiz : mandar
la
práctica de una virtud ,
1
despreciar la que debe ser su apoyo, y prin–
cipio. No permire
á
dos esposos jóvenes
abandonarse inconsideradamente
á
sus cie–
gos deseos. Quería que un. marido no
habi–
tase
al
principio en
Ja
misma casa que su
muger, si no
le
ordenaba desdeñar sus favo–
res. E sto era impedir se volvieran en cor–
rupcion los derechos del casamiento , y se
abandonasen
á
sus deseos , pa53ndo de lo<
placeres legítimos á lo• prohibidos. _ o
foé
co-