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Aunqtfe la filosofía escolástica es la verclade–
'ra representante del caracter fa ná tico
y
de
la
ciencia rucia de la Edad Media; no se concen–
tró sin embargo,
e r~
ell a sola, el movimiento
filosófico de aquell
a época. EnEspaña los ára–
bes c'ome·ntaban
á
Arrstótel.es,y
los judí os se
entregabJ.n á las exeges is de la Biblia, forman-.
do un sincretismo de ellas co!1 la filosofla ele
Plat6n
y
el
Aristóteles de Aver roes En estos
fatigosos ensayos, el escrupuloso hi storiador en–
contrará sin duda en tre otrcs,
el
concepto cos–
mol óg ico
y
las clasificacion es del entendimi ento
humano de Al-Farabí, .el panteísmo emanati sta
y
las intuiciones
espiri tistas
le Avi cena, el
panteísmo es tá ti co de Tofail, e: l materialismo de
A\'erroes, el panteísmo teogónico, gnóstico é
ilumin ado de la Kabala; pe ro el qu e
inves tiga
la idea
filosófi,~a
desenvolvi éndose en la hi stori a
por direcciones 'decisiva s en . u trascende ncia,
no puede det"enerse en las d rivaciones
y
des–
gaj es
'1
uP. forman las escu elc.s secundari as.
Ensayos igualmente inci e rtos , h:póte is arbi–
tr a ri a ~.
dan oscu recido tinte
a
la cie ncia fil osó–
fi t:a en la época del Renac imi ento. Ciñéndose
es trictamente al valor qu e lo. h chos hi stóricos,
particulares
y
aislados, sig nifican en los pueblos
y
en los siglo ; el Renacimiento, en el orden
filo . ófico, tien e esca. a impo rtancia.
~·o
se ob–
. erva en e ra época aqu el propósi to decidido
que nos h(\ ce respetar á le filosofía escolá tica,
en medio de. u. erroresé intran i enci s. Cuan–
do una idea,
tradnci endo
la . incerid d de la
inteligencia
y
del corazó n, adq ui ere
ida prác-