-- 7r -
e xigencias de su razó n. Incauta se lanzó la in-
. teligencia del hombre por esta ú11ica p ue r ta q ue
se le abría,
y
en ese camino se vo lvió sofistica,
supersticiosa
y
fa lsa; degene ra ndo, al fi n, en
e n reclado
y
bárbaro
erg·otisnzo.
Subordinada
á
sus ideal es
re li g iosos. la filo–
so fía escolá stica es una filo sofí a mística, en la
q ue las oscu ri dades propias ele
los dogma
y
de las afirmacione s teológicas, se hallan expli–
cadas por un
len g uaj ~
sil ogístico ; -e l que se
p resta
á
que el. espíritu fil osófico, confundien do
su objeto, tome equi vocadamen te la materia
¡
or la forma; conside ra ndo la argumentación
como fin de la filo sofí a, e n luga r de no r cono–
cer e n f! Jla sino un meJ io para ll egará la ver–
dad. Por esto el pensami e n to, ncerra<lo en el
círculo de la dial éc ti ca, si n señalársele un ho ri–
zonte claro, qu e le sir viese de
uía; tuvo que
;igo tar, bien pronto,
lo.
juicioso
racio inios,
recurriendo ·
á
los fo r:r.ados e. fuer zo de una en–
gañosa sutil eza.
La teología limpia, ll e na de fuego
y
maje tad
de
an Ju a n Crisóstomo
y
Orígene. , ele Tertu–
liano
y
Sa n
'\~u s tí n ,
. e confunde en la enmara-
1'\ada dial éctica de \oc; nominalista ·
y
reali tas,
Scotista
y
T omi: tas.
omu ciertos rios cau–
dalo. os va n
á
pe rd e r e, pobre
y
mezquinos en
es té ri\.;s a re na le. , a.
í
ele.
aparecía
iJ
bellez de
la
teol o(Yí a primiti va en el á rido campo de la
fi -
b
lo ofia e. colástica.
e falta ría, sin embargo, al e píriru de ju ti–
ia,
i nó nos apre urá ramos
á
.-ceptuar de
ualqui e r de favo rable juicio,
á
una inteligencia
s ·.1perior, qu e, por la profundidad de u r, zón