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de la fe individ ual, celosa é intransige nte. Por
más extraña q ue ante la razó n humana apa rez–
ca la teo ría religiosa que expli ca los fenómen os
filosóficos , la inte ligenc ia no puede comba ti rla;
porqu e ésta se desarroll a en la realidad. se ba–
sa en fos hecf1os, se eleva po r medio de la in–
ducción, lu ego de du ce
y
ge nerali za en el mun–
do contingente
y
fe nome nal; mi entras qu e aqu é–
ll a vie ne de la mansión ete rn a, envuelta en el
mis terio, prese ntada po r la revelaci ón mís ti ca;
·é
imponiendose ciega, dogmá ti camente sobre
el mismo pensamie nto cuyas preg- trntas y exi–
gencias lógicas, condena como soberbia irn po r–
·t una. Ante ella solo hay un di lema: cree r ó no
cree r incondic ionalmente; .·y como la
fe
es se 1i –
timie nto de l individ uo, las creencias religiosa:;,
en cualqu ier orde n
de
conocimi entos, no pasa n
de una esfe ra subje ti va;
y
no pu eden co nsti–
t uir la base de una ciencia unive rsa l, porque
no so ri ac.eptadas sin.o po r un número más
ó
menos reduc ido de hombres; y no conti enen
una ley capaz de Yerificarse, r.o ndi ción indis·pen-
'sable en todo' conoci mi ento científico, si no un
dogma á
pn·ori,
i n ~o nt rove rti bl e :
Alg un os fi ló-.
sofos, ll evados po r laucl.able empeño, han de fen-
. dido la ali anza de la razó n y de la fé en es tii o
más
ó
menos bri ll ante y pers uas ivo ; in curri en–
do as í á mi modo .de ve r, en una in consecuen–
cia, ya sea con la re ligión, ya con la fi losofía .
Una rel ig ión sin mi sterios, sin cultos, sin dog–
mas, una religión al es tilo que la ideó Aug us to
·
Com p t~,
es pobre ca ri ca ttíra. Al es tablecer
e lla las relaciones con lo Absolu to
é
Infi nito,
principios superi ores á nu'es tra . naturaleza, -tie-