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San Pablo queda, del modo más expléndido,
afirmada la existeDcia del
:: ristiani s1110 y la au–
toridaLl de su igles ia. Fu é entonces és ta la qu e
predicaba valor
á
los Romanos ·para combatir
con los Bárbaros; la que contenía los excesos
de la foerza ciega, con el prestigio de su misi ón.
abnegada y sa nta; salvaba la cienci a del naufra–
gio general de que era víctima el ·mundo; era .
en fin, la Igles ia cri stiana la única luz entre
aquell as tir1i eblas, la ún ica espe ran za en aqu él
desconsue
1
o, el único principio que resistía el
terrible cataclismo ocasionado por el choque
de
u~1a
torpe corrupción co n una viol enta igno–
ranc ia.
Pero la Iglesia cri s ti a11a, que se · había de–
sa rroll ado en una socieJad que le era ente r.i –
mente hostil, antes de adquirir una forma defi–
niti va, tu vo qu e sufrir a ún crueles incertidum–
bres y persecucion es.
y
transformar paulati:1a–
rn ente su orga ni zación.
Entre los enemi gos del cristianismo no era,
por ci erto, la, filosofía grieg-a de los más débi–
les. Comprendi éndolo así lo;-; Padres de la Igl e–
sia, se propusieron atacarla ,
y
es tudiaron el
111i~ticismo alejandrino, para medir lu ego con
<~ l
sus armas.
En
es te es tudi o no
fu é posibl e
á
todos con se rvar
la
pureza de la idea cristiana.
resultando de
es~a
-sue rte la he regía filosófica
conocida con el nombre de
Gnosticismo,
cuyo
objeto era descubrir el orige n del mal
y
el ori–
gen del mundo ; prob'lemas que son soluciona–
dos ya por un concepto panteísta, du.alista, a n–
tijudai co ó pagano; pero observándose en ge–
neral un carácter esencialmente místico, qu e