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de Vin ci abarcó todas las artes
y
tocias las
ciencias, dejando e n ellas excel e ntes trabajos;
pero ai s lados ó in compl e'tos. Parecía como qu e
una voz superior le hubiera orden ado · libar e n
todos los conocim ientos huma nos con el objeto
de co·nvence rse s i ya te nían la suficiente prepa–
ración para recibir
el
pens::uni e nto moderno. El
arte
y
las ciencias naturales tribut<tn merecida
a laban za
á
la memoria ele L eonardo de Vinci.
La filo sofia á s u vez le dará un luga r entre los
i ngenios escla recidos que ha n restaurado
J;:i
pu–
reza el e su estudio; deplorando, únicamente,
que la infinita varieclad de materias removiclas
por la Í'ntelige nci a del sabio
y
del art ista, no ha–
ya permitido
á
ell a poseer una obra completa ,
que le sirviera de
~s tandarte
en su nueva cam·
paña. Leonardo de Vinci escribió muchís imos
artículos e n los que manifiesta un talerito pro·
digioso asimilable
á
cualquier ramo del s·aber.
En filosofü1 se adelantó
á
Bacón, 'se ñal a ndo e l
p rincipio de la ex peri e ncia como base de ella .
ccAconseja adquirir el n)ayor núm e ro de cono–
cimientos posibles salvo sepa ra r despu és los
exactos el e los falsos
é
i.nl:tile s. La experiencia
es e l inté rpre te ele la natural eza,
y
num::a se ·e n–
gaña; pero np s ucede !o mismo,
á
nuestro jui–
cio, por aguardar e fec tos que aqu é lla no ofrece.
Es necesa ri o, pues, consultarla. variar los mé–
todos hasta qu e se pu edan saca r consecuenci as
·generales . (
i')
El eco de la palal>ra de Leo nardo se perdió
como producción personal entre las místicas
( 1)
C. Cantú: Histor ia-
Univenal.
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