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49. -
fil ósofo. La purga de aquellas aberraciones que
dés fi guran las doct rinas de Platón,
y
la he rmo–
sea en ca mbio con tan juiciosas observacion es,
mag istralmente expues tas, que al lee rlas pare–
ce impos ible q ue hu biera n siclo desa rroll adas
·en aq ue ll os remotos tie lll pos, co n semejante lu–
cid ez y acierto.
Pero uperio r
á
tocias las co nqui stas intelec–
tu ales q ue dehe la hu111 a nicl ad
á
Aristóteles, se
des taca, corno un ejemplo sin segundo en
la
hi sto ri ;.i,
su porte ntosa lógica, su
JVovum
Or–
/;-ruwm.
E l trabajo salió per fec to del ce rebro de
aqu el coloso . La cie ncia mode rna ,
pnr
más atre–
vida qu e haya sido su
au~lacia,
no ha ciado un
paso 111 á'.> al lá.
En su teoría
cid
conoci111iento. Ari . tóteles
toma, como origen de toe.l a. nu es tras adqui-,i–
ciones los datos ele
lo
sen tidos.
Las
id ea. en
el homb re no son
innatas, sino que, partiendo
de
la experie ncia, aquel las ge nera li ;:a por me–
di o ele la ind ucció n, formando así el
conor/m/m–
lo
pr/1111"bvo.
En el
couocimieulo de la áe11áa,
desp ués de habe rse elt'vaclo la inteligencia hu–
mana
á
los princ ipio. generales, la deducción
de ri\·a lue?"o los silogislllos, objeto
y
resultado
de la ciencia. E l
.1.\1ovum oromwm
.
e compone
de . eis tratados, libros asombro:os en donde las
ca tego rías,
las propo. icion e-, el silogi mo, la
demo ·tració n y la crí tica de lo
. ofista., con–
Yi e rt n á la
lÓgica, no ya en el arte de di . pu–
ta r de los Eleático
y
ofi. ta., sino en l
a mag–nífi a cie ncia que nci e rra la yerdadera 1.ye·
pa ra la
inYe. ti o·a ión de la
erdad, que da al
rac iocinio humano, . eguridad en
u método,
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