152 -
cartes, encerraba en su seno por una parte el
ideal cristiano ele la filosofía escolástica, y su
· procedimiento lógico; por otra la especulación
profunda y compleja de la filosofía a11tigua, del
idealismo de Platón
y
del reali.smo de Aristó–
teles. Fuera . ele que tocias estas direcciones
continúan teniendo su representación propia,
ellas se enr.uentran, pues, contenidas en los
~is
temas que marcan Ja filosofía moderna.. Si lue–
ao,
la filosofía contemporánea se ha inspirado
~n
Descartes
y
en Bacón, en Kant, y en la
grandiosa
y
trascendental revolución de fines
· del siglo pasado; ella es la heredera legítima,
que al mismo tie:-npo que reconoce su filiaciór1
histórica, ensaya
á
traves del tiempo la sínte–
sis del oensamiento filosófico de la humanidad;
síntesis. que no puede significar jamás el té rn11-
no de la filosofía; sino la demarcación ele una
nueva Edad, en la que la filosofía. que concen–
tra hoy sus fuerzas, se desarrollará con ma–
yor poder, siguiendo la evolución del mundo
moral.
De la unión de los caracteres señalados, se
forman otros secundarios, que precisan aún
más la naturaleza de la filosofia contempQ–
ránea. Siendo ella racionalista, experimental,
crítica
y
social; tiene · que sostener . infatiga–
ble
propaganlÍa
y
controversia.
El triunfo só–
lo es discernido
á
la doctrina, q11e, sobrepo–
niéndose á las opiniones contrarias, las ven–
ce en el terreno de la idea;
y
se eleva so–
bre ellas. El noble estímulo, en la esfera de la
inteligencia, lleva
á
ia filosofía principios de
lueha
y
progreso. Natu.ralmente al transfo1:-