rectifica las fórmulas lógicas en las leyes de la
"ida; adquiriendo así s us investigaciones la se–
guridad de
la
verificación prá ctica,
y
el prove–
cho
y
e l pres tigio de una ciencia, que es tudian–
do la rea lidad, enseña a l hombre
a
compren–
derla
y
á
gobernarse en e lla. La crítica de
Kant, por último. ha indi cado
á
la filo sofía el
prime r
y
trascendental problema al que debe
dirigir, de preferencia, sus meditac ion es; la ha
libertado, definitivame nte, de todo dog matismo,
mu y en particular del científico; exigiendo que
todas s us proposicion es sea n resultado de ri–
g uroso análisis, no de precipitados acalora–
mientos ó imposiciones.
La filo so fla del siglo XIX tiene otro ca rácte r
e ~encial
que es tomado de diversa fuente. En–
tre aquella fil osefí a es pecu la ti va
y.
podemos
decir, a ri stocrátir.a del filósofo de Konigsberg,
e nce rrada e n un a oscura te rminología propia
para ser sólo descifrada por hombres consagra-
dos a l estudio de las ciencias;
y
la filosofla de
nues tros días, tan activa, tan bulliciosa
y
com–
prensible; se s iente la infl uencia de otro elemen–
to qu e ha
ca mb~ado
s u modo de ser. Es la in–
fluencia de aciuella filosofta revolucionaria fran–
cesa del sig lo XVIII, de la filosofí a de Rou sseau,
Voltaire
y
Diderot, que ha dado á la ciencia
filosófica un carácte r eminentemente
social,
y
un le nguaje sencillo, pero elocuen te, que cor–
respond e
á
es ta exige nci a.
De este modo los caracteres de Ja filosofía
de nu est ro siglo ti e nd en
á
realiza r la unidad
del pensamiento humano en la hi storia. La filo
sofia moderna, ina ugurada por Bacón
y
Des